85 profesionales de Vall d'Hebron apoyan a una doctora que denunció a su jefe

Un total de 85 profesionales de varios ámbitos del hospital infantil de Vall d'Hebron han firmado una carta de apoyo a la médica responsable de la unidad de diagnóstico prenatal, Inmaculada Farran, que hace un mes denunció por acoso moral a Lluís Cabero, jefe del servicio de ginecología del centro. Los firmantes aseguran que la médica es 'una buena profesional' y censuran que fuese trasladada de área de manera 'arbitraria'.

'Ante cualquier caso de acoso laboral, falta de respeto y abuso de autoridad por parte de nuestros superiores, estaremos siempre en contra', asegura la carta de apoyo a la doctora Farran, que se encuentra de baja laboral por depresión y que ayer declinó realizar cualquier comentario. La carta ha sido suscrita por médicos, enfermeras, personal administrativo y otros compañeros de Farran, de quien se asegura que es 'una buena profesional como ha tenido ocasión de demostrarlo a lo largo de su carrera'. La prueba de ello, agregan los firmantes, es que empezó a trabajar en la unidad de diagnóstico prenatal en 1983 como médica adjunta y desde 1993 es la responsable de la unidad. 'Ha puesto en marcha y ha consolidado el servicio en el que presta sus servicios y es del todo injustificado y arbitrario su traslado a otra unidad', aseguran los firmantes.

Ese cambio de destino profesional se produjo el pasado 1 de julio y fue acordado de manera unilateral cinco días antes por el jefe del servicio de ginecología, Lluís Cabero, según se afirma en la demanda por acoso moral presentada por la mujer. Se trata, según la demanda, del 'último acto degradante' que ha sufrido Inmaculada Farran porque el cambio se produjo sin que mediara ninguna conversación previa con ella y fue justificado con el argumento de que se trataba de una 'reestructuración organizativa de la unidad'. La demanda asegura que la doctora tiene una acreditada experiencia, algo que no ocurre con quien la ha sustituido.

Causas personales

La carta de apoyo firmada por los profesionales de Vall d'Hebron considera que el cambio de destino de la doctora 'obedece a causas muy personales de su inmediato superior'. Añade la carta que 'el acoso laboral tiene secuelas psicológicas y físicas muy importantes para la persona que lo padece y puede mermar su autoestima y seguridad, afectando a sus relaciones, laborales y personales'.

Lluís Cabero, que es también presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, se encontraba ayer de viaje en Bolivia para ser investido doctor honoris causa por una universidad. EL PAÍS logró ponerse en contacto con él, pero declinó realizar cualquier comentario sobre la carta firmada por los profesionales del hospital y acerca de la demanda por acoso moral. El juicio del caso se celebrará el 4 de noviembre.

La demanda asegura que la médica ha venido sufriendo durante los últimos años un maltrato 'verbal y psíquico' que atenta gravemente a su integridad moral. La concreción de esa conducta, indica la demanda, han sido continuos comentarios despectivos, en público y privado, de Cabero hacia Ferran, 'insinuaciones sobre su estado mental' y su vida privada, y menosprecio de cualquier propuesta que presentase. Tampoco se le han proporcionado ayudas para cursos universitarios, al contrario de lo que ocurre con otros compañeros; se han extraviado solicitudes de permisos para actividades científicas y se la ha excluido de reuniones.

En el texto se asegura también que Farran fue la última persona de la unidad a la que se le facilitó ordenador y se le ha negado material hospitalario. El último ecógrafo se le suministró en 1993 y ha quedado obsoleto, con el riesgo de error que comporta para el diagnóstico.