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Columna
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Voto y castigo

La presidenta del PP andaluz cree que el subsidio agrario es necesario. Lo ha dicho ella misma al mostrar su esperanza en que el Gobierno y los sindicatos alcancen un acuerdo para que el subsidio se mantenga en las zonas que más lo necesiten. Mantiene Martínez que hay zonas que generan una gran actividad agrícola que, incluso, requiere de mano de obra extranjera, y que hay otras donde el campo tiene grandes limitaciones y ahí sería donde debería mantenerse.

El problema del trabajo del campo, es que donde hay mucho y donde hay menos, lo hay por el mismo tiempo, es decir a temporadas, por eso los jornaleros del campo son precisamente eso, temporeros, es decir gente que no tiene trabajo todo el año, ni siquiera con las sucesivas campañas porque cada una es en lugar diferente.

Pero independientemente del riesgo que supondría decidir en qué zonas si habría subsidio y en cuáles no, riesgo de equivocarse, lo cierto es que la presidenta del PP reconoce que tiene un problema y a lo más que puede atreverse en sus promesas es a esperar a que el Gobierno y los sindicatos lleguen a algún acuerdo que la libere de la carga enorme de tener que asumir una injusticia como la cometida por el Gobierno central con Andalucía. Injusticia también cometida con ella, que será finalmente quien acumulando las consecuencias de los sucesivos castigos del Gobierno a Andalucía, tendrá que enfrentarse a la tarea de hacer creer a los andaluces que es bueno votar al PP.

Es cierto que la estrategia del Gobierno al insistir en el castigo parece querer avisar de que mientras los andaluces no voten al PP , no serán 'indultados'. Tal parece la intención del Gobierno y sin embargo, a juzgar por cómo respiran los andaluces en las sucesivas encuestas, el cálculo es erróneo y las consecuencias las contrarias.

Como ha quedado demostrado con el PER, cuyos dineros antes libraba el gobierno socialista y luego el Gobierno popular, no es tan fácil 'comprar' el voto de la gente, que vota como quiera que sea que vote, seguramente por muchas causas, no solo por una y desde luego no siempre por lo que cree quien la malinterpreta.

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