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La Diputación de Castellón propone una nueva carretera que duplica la de Cabanes a Oropesa

Obras Públicas, a favor de la autovía paralizada, también apoya el nuevo vial de Fabra

El proyecto de la Diputación de Castellón para construir una nueva carretera entre Torreblanca y el futuro aeropuerto promovido entre Vilanova d'Alcolea y Benlloch por el presidente provincial, Carlos Fabra, pone en cuestión la necesidad de construir la polémica Cabanes-Oropesa, que, a menos de 10 kilómetros, también prevé unir la costa con el interior. Los ecologistas han avisado al juez que ha paralizado provisionalmente la construcción de la carretera en disputa, una vía de alta capacidad en el borde del parque natural del Desert de les Palmes, de que ésta no es necesaria tras el último proyecto.

Los ecologistas han encontrado una nueva arma en su lucha contra el proyecto del Consell de construir una vía de alta capacidad entre Oropesa y Cabanes que sirva para unir las carreteras de la costa con la futura autovía de La Plana pero recorriendo un valle prácticamente virgen en el único borde intacto del Desert de les Palmes. El Grupo para el Estudio y la Conservación de los Espacios Naturales (GECEN), que califica de 'inútil' la carretera de Oropesa, acaba de informar al juez que paralizó el polémico vial de que ahora hay un proyecto similar a apenas diez kilómetros al norte.

Se trata de una carretera diseñada por la Diputación de Castellón para unir también el interior y la costa, pero a la altura de Torreblanca, con la intención de dar una rápida comunicación al futuro aeropuerto de Castellón, también promovido por Fabra, entre Vilanova d'Alcolea y Benlloch. Un proyecto del que tiene perfecto conocimiento la Consejería de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes (COPUT), que incluso ha conveniado con la Diputación su construcción.

Intereses ocultos

A este proyecto, a priori, no se opondrían los ecologistas, ya que desde que conocieron el plan para construir la carretera Cabanes-Oropesa se opusieron a la alternativa escogida, la opción sur, pero no a la opción norte, ya que a su juicio la más meridional era la que mayor impacto ambiental causaba, dada su proximidad al paraje natural. Así, las laderas del norte del Desert se verían afectadas por el ruido de la nueva autovía, de 14 kilómetros (y un coste de 3.500 millones de pesetas), con desmontes, túneles y varios viaductos.

Entre la argumentación de los ecologistas se afirmó que por la actual carretera que recorre el valle apenas circulaban un centenar de vehículos. Incluso adujeron supuestos intereses ocultos, al apuntar que el máximo defensor de la autovía era el vicepresidente de la Diputación, Francisco Martínez, también alcalde de La Vall d'Alba, porque quería conectar el flamante polígono industrial que promovía en su municipio con la autopista A-7.

Como símbolo de la lucha se instituyó un pequeño camarón antediluviano de gran valor científico, un curioso crustáceo cavernícola de agua dulce único en el mundo descubierto en una cueva sobre la que, justo por encima, iba a pasar el proyecto de Obras Públicas. Typhlatya miravetensis, denominado así en homenaje al castillo de la Tinença de Miravet, fue defendido por multitud de científicos de varias universidades. Y no sólo por ser hasta el momento el único decápodo cavernícola hallado en la península, sino porque sólo tiene parientes al otro lado del Atlántico, lo que significaría, como hipótesis más plausible, que es una especie más antigua que el propio océano (65 millones de años).

De nada sirvió su defensa. La declaración de impacto de la obra lo ninguneó y la Consejería de Medio Ambiente también hizo caso omiso. Y si la obra fue paralizada (en su tramo medio, de apenas seis kilómetros) sólo se debió a que, por un error, varios pilares de uno de los viaductos de la carretera invadían por unos metros el parque natural.

Los ecologistas consideran ahora que la nueva carretera de Carlos Fabra, que no es tan 'drástica' como la que afectará al parque natural, cumplirá la función de comunicar el interior y la costa sin dañar tanto el medio ambiente. Quizá el aeropuerto salve finalmente a la gamba de Miravet.

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