Limpieza ética
Si los sindicatos mayoritarios, algunas administraciones públicas de primer orden y las principales organizaciones empresariales (caso del fraude de fondos públicos en relación con el Forcem), buena parte de los partidos políticos (no hay más que echar un vistazo a las hemerotecas) y sectores destacados de la Iglesia católica (asunto Gescartera, etcétera), lejos de servir de ejemplo social de honradez y moralidad e impulsar los valores democráticos, dañan los principios éticos más elementales en unos casos y, en otros, sencillamente tienen comportamientos delictivos, me pregunto si queda alguna institución pública significativa, nacida o renovada después de la muerte del dictador, que conserve aquel espíritu de cambio real y a la que puedan mirar las generaciones más jóvenes para empezar a sanear la España oficial, que falta le hace.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.