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Entrevista:DAVID KESSLER | Director del Centro Nacional de Cine de Francia | PANTALLA INTERNACIONAL

'Sin ayudas nacionales, hoy no existiría el cine europeo'

El gran año para el cine francés fue 2001: se vendieron 186 millones de entradas, es decir, un 12% más respecto al año anterior, al tiempo que un 41,5% de las localidades correspondían a producciones o coproducciones francesas. David Kessler, máximo responsable del Centre National de la Cinématographie (CNC), sabe que es muy difícil que 2002 permita repetir resultados parecidos.

'De entrada el CNC, que tiene la responsabilidad de garantizar la diversidad de la oferta cinematográfica francesa a todos los niveles, se encuentra con que 2001, y más aún 2002, son malos ejercicios por lo que respecta a nuestras fuentes de financiación pues si por una parte ésta depende de una tasa -un 10%- cobrada por cada entrada vendida y se ha beneficiado de los 186 millones de tickets, la otra gran fuente de ingresos -alrededor de un 70% del total- es la tasa que cobramos por publicidad televisiva, número de abonados a canales de pago o canon de la televisión pública. El segundo semestre de 2001, marcado por los atentados contra las Torres Gemelas, conoce una recesión del mercado publicitario de la que aún no hemos salido. La venta de DVD ha vivido una progresión que compensa la caída del vídeo, pues el CNC recibe un 2% por la venta de cada cinta o disco DVD. En conjunto se puede decir que el CNC tiene que atender a una mayor demanda de ayudas a la producción. En 2001 se produjeron 204 títulos y 2002 no quedará lejos de esa cifra, pero nosotros disponemos de menos dinero para ayudar a productores, distribuidores y exhibidores. Tenemos menos dinero para producir un número similar de películas'.

'Tanto Mitterrand como Chirac han defendido siempre la excepción de la cultura'

Pregunta. ¿No le inquieta la excesiva dependencia financiera del cine respecto a la televisión?

Respuesta. Para poder seguir garantizando una inversión de 450 millones de euros anuales el CNC necesita diversificar el origen de sus ingresos. El vídeo o el DVD cotizan una tasa del 2% porque así se estableció para no asfixiar a unas formas de reproducción de la obra que comenzaban. Al mismo tiempo la televisión abona el 5,5% y el cine algo más del 10%. Las diferencias no parecen justificarse una vez que el sector del DVD está en plena expansión. Pero aumentar las tasas sobre los nuevos soportes no es la única vía. También estudiamos cómo atraer capital. En la actualidad el techo de las llamadas SOFICAS (Societés de Financement des Industries Cinématographiques et Audiovisuelles) está en 46 millones de euros y nosotros reclamamos que se duplique y se sitúe en 90 millones.

P. ¿La crisis de Vivendi, principal accionista de Canal +, no amenaza con paralizar el cine francés?

R. Canal + se ha comprometido a respetar el acuerdo de inversiones válido hasta 2004. Siempre han cumplido con la palabra dada. Es verdad que en los últimos años han preferido concentrar sus esfuerzos en menos títulos y más ambiciosos, pero el montante ha sido siempre el establecido.

P. Pero han dado a entender que la situación ha cambiado mucho en los últimos 10 años -proliferación de canales y multiplicación de la oferta cinematográfica-, a la vez que explicaban el por qué deberían continuar siendo la principal fuente de financiación del cine francés.

R. Todo el mundo ha escuchado sus razones.

P. El sistema de 'anticipo sobre recaudación' parece estar en peligro, debido a que tiene cada vez mayor demanda.

R. Los problemas financieros de las televisiones han provocado otro fenómeno: productores que antes renunciaban a la posibilidad del 'anticipo sobre recaudación' -18 millones de euros repartidos entre 14 largometrajes en 2002- por considerar que ese concepto estaba destinado al 'cine de autor', opositan ahora a acceder a dicha ayuda. Estoy de acuerdo en que es urgente aumentar el montante total del anticipo sobre taquilla, pero es ilusorio pensar que en 2003 dispondremos de los deseados 30 millones de euros. De todos modos, el sistema nunca ha sido excluyente para los proyectos comerciales. 8 mujeres se benefició del anticipo y como ha sido un gran éxito, ya ha devuelto la suma prestada.

P. El sistema francés de ayuda al cine, ¿no puede ser cuestionado por la Comisión de Bruselas?

R. El CNC ha iniciado una reflexión conjunta con otros organismos europeos equivalentes. En 2004 la Unión Europea debatirá otra vez sobre la validez de nuestros sistemas de ayuda. Es importante que los CNC de cada país mantengamos una posición común, que seamos capaces de demostrar que nuestros sistemas de ayuda a las cinematografías nacionales no suponen una competencia desleal entre nosotros sino el arma necesaria para no desaparecer ante un rival todopoderoso: el cine estadounidense. Sin ayudas nacionales hoy no existiría ningún cine europeo. Eso deben comprenderlo los miembros de la Comisión de Bruselas de la misma manera que las cinematografías europeas han de comprender que Europa no es un peligro, pero que para que ello sea así debemos ser capaces de poner en común lo que cada uno sabe hacer.

P. En el pasado la Comisión ya adoptó algunas reglas, entre ellas la conocida como 'televisión sin fronteras' o la que limita las ayudas públicas a una película a un máximo de un 50% de su presupuesto.

R. Eso fue copiado del modelo francés porque fue el primero en ser examinado y es una regla adecuada para un país que tiene una industria audiovisual potente, como es el caso de Francia, pero que resulta absurda en un país más pequeño, sin industria y con un idioma de ámbito muy restringido.

P. ¿No es ilusorio creer que habrá acuerdo con países que no tienen industria audiovisual que defender?

R. Es cierto que algunos países, ya sea por el simple hecho de carecer de producción de cine o porque no estiman que la cultura sea materia de excepción, están dispuestos a incluir en la negociación con EE UU todo lo referente a audiovisuales. En Francia, tanto Mitterrand como Chirac, ante el GATT, la OMC o las discusiones bilaterales, han defendido siempre el carácter excepcional de la producción cultural.

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