¿Quiénes opinan sobre Salobreña?
En relación con las opiniones expuestas en su periódico por el escritor Ian Gibson y el señor Julio Rodríguez en pasados días, en torno al futuro de Salobreña, y la desaparición de la caña de azúcar, me gustaría aportar algunos puntos de vista y observaciones.
La desaparición de la caña de azúcar no depende de las gentes de Salobreña, sino de un cultivo con mucha historia pero ninguna rentabilidad. Es una decisión de la Unión Europea dejar de pagar lo que nunca será económicamente rentable, ni siquiera para la única azucarera de Europa, que en situación de monopolio, la pasada temporada, no alcanzó el umbral de su rentabilidad. Ni un solo agricultor de Salobreña vive de sus cultivos de caña.
Las presiones sobre la vega de Salobreña existieron y existirán siempre. Por un lado, la de la construcción inmobiliaria: pisos y apartamentos vacíos nueve meses al año; por otro lado, la agricultura bajo plásticos como alternativa a la caña de azúcar.
Somos muchos los salobreñer@s que estamos a favor de un desarrollo respetuoso en la mayor medida posible con el entorno, pero que sea una alternativa útil y generadora de mayor calidad de vida para los habitantes de esta tierra. También están a favor los representantes municipales sin distinciones políticas, o al menos eso dicen públicamente.
El desarrollo hotelero en la Vega de Salobreña es una solución sostenible para la economía local y una salida a una situación que modificará a la actual, sin que por ello tenga que dejar de ser sensible con el medio ambiente. La planta hotelera que se desea implantar en Salobreña no superará las dos alturas, y sólo ocupará el 25% del terreno, instalaciones de gran calidad que deben dedicar grandes extensiones a zonas verdes, según se desprende del PGOU de Salobreña.
Tengo entendido que alguna de las empresas hoteleras involucradas en él proyecto han obtenido prestigiosos premios internacionales por la gestión medio ambiental de su establecimiento.
Para conocer la opinión de las gentes de Salobreña es necesario conocer desde aquí cuáles han sido las penuria y miserias del pasado, las deficiencias del presente, y las posibilidades del futuro de la gente de aquí, obligadas demasiadas veces a marchar a otras tierras por falta de medios de vida. Si la caña no es rentable, los subtropicales son baratos, y si el desarrollo turístico junto al mar no les parece bien, supongo que tendremos que vivir únicamente de los invernaderos. ¿Les parece bien señores?
Es muy sencillo opinar sobre Salobreña con una buena zarzuela de mariscos en la mesa, señor Gibson, o con los bolsillos repletos desde un despacho de Granada -que por cierto queda muy lejos de Salobreña-, señor Julio Rodríguez, y dedicarse esporádicamente a la contemplación.
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