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Mohamed VI defiende la prioridad de la economía frente a la democracia

El rey de Marruecos justifica el nombramiento de su primer ministro

El rey Mohamed VI justificó ayer la designación como primer ministro de Driss Jettu, un tecnócrata sin afiliación política, por la necesidad de hacer frente 'a los retos económicos, mucho más arduos que los desafíos inherentes a la construcción del entramado institucional' democrático. El monarca inauguró el Parlamento, elegido hace dos semanas, en el que los socialistas ostentan una corta mayoría relativa.

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El pasado miércoles el soberano nombró jefe del Gobierno al que había sido hasta entonces su ministro del Interior. Su decisión, haciendo abstracción del resultado de las elecciones legislativas, ha causado un hondo malestar entre algunos partidos políticos, empezando por los socialistas.

En el discurso que pronunció ayer ante la Cámara baja, Mohamed VI explicó la polémica designación de Jettu, al que no mencionó por su nombre. '(...) lo que está en juego en Marruecos no es elegir entre las corrientes políticas', recalcó. 'Se trata más bien de decantarse entre la democracia y el compromiso, por un lado, y el desorden, el despilfarro y el derrotismo, por otro; entre la modernidad y la apertura, por un lado, y el fanatismo, el ostracismo y el aislamiento, por otro'.

Buena parte de la alocución real estuvo dedicada a resaltar la necesidad de crear empleo en un país en el que, según el Ministerio del Interior, el 43% de los adultos censados está en paro y en el que cada año se incorporan 250.000 jóvenes al mercado de trabajo.

'El empleo es la primera preocupación de la familia marroquí', afirmó el rey. 'Pero sólo podremos proporcionar empleo a amplias franjas de nuestra juventud si llevamos a cabo el desarrollo económico necesario, que depende del estímulo de la inversión'. 'Seguiré trabajando con determinación para desmantelar las trabas' a la inversión. Alcanzar este objetivo implica aplicar 'rápidamente y en profundidad reformas administrativas, judiciales, fiscales y financieras'.

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Ésa es la tarea encargada a Jettu y en la que, a juzgar por los resultados que arrojan los indicadores económicos, fracasó el anterior Gobierno, de amplia coalición, encabezado por el socialista Abderramán Yussufi. Para tratar de atraer la inversión, sobre todo la extranjera, el Ministerio del Interior, dirigido por Jettu, absorbió desde hace un año algunas competencias del de Economía.

'El nombramiento de Driss Jettu (...) supone una sanción para la clase política marroquí', editorializaba ayer en el diario Aujourd'hui Le Maroc justificando la decisión. 'Es una especie de censura real ante la estéril fragmentación del escenario político; la llamativa falta de visión y la carencia de programas creíbles; la existencia de una clase política con frecuencia oportunista y caricatural; ante la debilidad de los resultados electorales de los unos y de los otros y la manifiesta constatación de la muy escasa politización de los marroquíes'.

El empeño por alentar la inversión pasa, si es es consecuente, por una reconciliación con España. Desde que el año pasado estalló la crisis diplomática, la inversión española en Marruecos ha caído en picado y, el pasado verano, tras el desembarco en el islote de Perejil, también disminuyó el turismo español.

Hasta entonces, España era el segundo inversor extranjero en Marruecos, después de Francia, y los españoles eran también, después de los franceses, los turistas más numerosos. El turismo es la segunda fuente de divisas de Marruecos después de las remesas.

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