_
_
_
_

Berlusconi concederá a Fiat el estado de crisis si mantiene abierta la fábrica de Sicilia

Protestas de los trabajadores en vísperas del paro de cuatro horas previsto para hoy

El Gobierno de Silvio Berlusconi se propone abordar la semana próxima la delicada situación de Fiat en una mesa a la que se sentarán sindicatos y representantes del grupo italiano. Todo apunta a que el Ejecutivo estaría dispuesto a conceder el 'estado de crisis' que reclama la casa del Lingotto a cambio de que mantenga abierta la fábrica de Termini Imerese, en Sicilia, único polo industrial en una zona amenazada siempre por la hegemonía de la Mafia. No habrá, en cambio, ayudas de Estado. Los sindicatos pararán hoy durante cuatro horas las fábricas de Fiat.

Más información
Unas ayudas controvertidas en medio de fuertes protestas
El ocaso de una leyenda
Berlusconi se reúne hoy con la cúpula de Fiat para hallar una salida a la crisis

El coste de este llamado estado de crisis se eleva a unos cien millones de euros anuales, un dinero que permitiría el acceso a subsidios de paro a los 8.100 trabajadores de la división de coches de Fiat que serán despedidos a partir de diciembre, de una plantilla de 36.000 empleados. Pero los sindicatos del metal aseguran que el número de despidos será de 40.000 más, teniendo en cuenta los empleos indirectos.

El primer ministro Silvio Berlusconi mencionó ayer brevemente la crisis del principal grupo industrial italiano con una tibieza que ha desconcertado a todas las partes. 'El Gobierno', dijo Berlusconi, 'espera encontrar alternativas al cierre de algunas fábricas para no dejar a miles de ciudadanos sin trabajo en zonas en las que no hay otra posibilidad de obtenerlo'.

División en el Gobierno

La crisis de Fiat ha provocado una división en el seno del Ejecutivo. Algunos ministros como el titular de Economía, Giulio Tremonti, consideran factible otorgar a Fiat ayudas de Estado bajo la cobertura necesaria para no pillarse los dedos con las directivas comunitarias. Otros, como los ministros de Trabajo y de Industria, se han mostrado partidarios de fórmulas como los ecoincentivos o la financiación de programas de formación en las fábricas de Fiat que se quedarán sin coches que montar.

El ex ministro de Economía del Olivo, Vicenzo Visco, fue más generoso. A su juicio, el Gobierno está obligado a tomar todas las medidas para que Fiat Auto pueda llevar a cabo una reestructuración que le permita no sólo sobrevivir, sino llegar en buenas condiciones a la fusión con General Motors, prevista en 2004. La dirección de Fiat reiteró en un comunicado que invertirá 2.500 millones de euros de aquí a 2005 para revitalizar la empresa, aunque los nuevos modelos no estarán listos hasta 2004-2005. Demasiado tiempo para los más de 1.800 trabajadores de la fábrica de Termini Imerese afectados por esta reestructuración.

La plantilla volvió a manifestarse ayer, con cortes en la carretera Palermo-Messina y la vía férrea, en protesta contra los despidos. El alcalde de la localidad, Luigi Purpi, inició una huelga de hambre en señal de solidaridad, y los obispos sicilianos expresaron su preocupación por el desmantelamiento de Fiat en cartas enviadas al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, y a Berlusconi. También salieron a la calle los trabajadores de la planta de Arese, en Milán.

Pero la verdadera protesta unitaria se realizará hoy, cuando los trabajadores de las seis fábricas de Fiat en Italia se crucen de brazos durante cuatro horas en protesta por estos despidos. La huelga ha sido convocada por los tres principales sindicatos del metal, integrados en las confederaciones CGIL, CISL y UIL. Se trata del primer gesto de acercamiento tras la ruptura que se produjo este verano entre la izquierdista CGIL y las otras dos centrales. La CGIL ha convocado en solitario una huelga general para el 18 de octubre que puede adquirir una dimensión mayor tras el estallido de la crisis de Fiat.

El temor a que la paz social se altere es una de las razones que podrían pesar de manera más significativa en el ánimo del Gobierno a la hora de decidirse a ayudar a Fiat. Este grupo ha recibido siempre un trato especial en Italia, como ayer recordó con sorprendente dureza el diputado de Forza Italia, el siciliano Gianfranco Micicche, acusando a Fiat de haberse aprovechado de las ayudas del Estado para después 'abandonar al sur'.

Protesta de trabajadores de Fiat en la fábrica que la compañía tiene en Arese, cerca de Milán.
Protesta de trabajadores de Fiat en la fábrica que la compañía tiene en Arese, cerca de Milán.ASSOCIATED PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_