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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Accidentes evitables

El accidente de tráfico que costó la vida a siete personas el pasado martes cerca de Almansa (Albacete) nada tiene que ver con el azar o la mala fortuna: pudo evitarse si se hubieran respetado íntegramente las normas de seguridad vial. No cabe adelantar conclusiones sobre responsabilidades que sólo la justicia puede determinar, pero los primeros indicios apuntan a que el camión contra el que se empotró la ambulancia que transportaba enfermos de cáncer a Valencia circulaba sin cumplir algunas de estas normas.

El accidente se produjo cuando un transporte especial, cargado con cuatro vigas de 30 metros, se incorporaba a una carretera nacional. La primera hipótesis de la DGT señala 'la incorporación antirreglamentaria del camión a la carretera' como causa del accidente. Ni la vigas estaban señalizadas con testigos luminosos o reflectantes ni el transporte especial, que circulaba de noche, iba acompañado de vehículos piloto -uno delante y otro detrás- con avisadores como es preceptivo, sino sólo por uno que le precedía en su marcha.

La red española de carreteras, aunque todavía con no pocos puntos negros y con deficiencias de señalización, ha mejorado en su conjunto. Ya no es tan fácil, ni sobre todo acertado, atribuir al estado de las carreteras los accidentes de tráfico; más bien, esa mejora, visible en la red de autovías y autopistas, ha influido en una disminución paulatina de la siniestralidad vial en España. Una gran parte de la enorme sangría humana y económica que siguen produciendo los accidentes de tráfico -3.525 en 2001, con la secuela de 4.145 personas fallecidas- hay que atribuirla al incumplimiento de las normas de seguridad vial.

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Los estudios estadísticos son clarificadores al respecto: el exceso de velocidad, observable fácilmente en las carreteras españolas; los adelantamientos incorrectos, la invasión del carril contrario y la inobservancia de las señales de preferencia de paso son responsables de un alto porcentaje de accidentes, a lo que hay que añadir la conducción con un nivel de alcoholemia superior al autorizado que causa destrozos entre los conductores de 15 a 29 años, víctimas propiciatorias de la siniestralidad, con casi el 40% de fallecidos. El debate social generado por la entrada en vigor de la nueva Ley de Seguridad Vial parece que ha sensibilizado a conductores y responsables del transporte sobre la necesidad de un mayor respeto por las normas. Pero el gran número de accidentes que sigue causando su incumplimiento muestra lo mucho que queda por hacer en cuanto a formación y educación vial para evitar tragedias como la de Almansa.

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