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El Gobierno de Francia defiende en la Asamblea su postura sobre Irak

Críticas socialistas a la postura de Bush

El primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, defendió ayer ante la Asamblea Nacional, la posición de la diplomacia gala durante la crisis de Irak, es decir, el delegar en el Consejo de Seguridad de la ONU -del que Francia es miembro permanente con derecho a veto- cualquier decisión sobre una hipotética intervención militar. 'Irak es una amenaza para la paz en la región, pero no la única. Francia tiene como única preocupación el respeto de las reglas impuestas por la comunidad internacional y el derecho internacional excluye el empleo unilateral de la fuerza', recordó Raffarin, inquieto ante el riesgo de que 'crezca aún más el sentimiento de injusticia entre las poblaciones del mundo árabe'.

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Alain Juppé, jefe de filas de la mayoría que sostiene al presidente Jacques Chirac, fue más duro en la forma -considera que Gerhard Schröder 'se precipitó' al negar la participación alemana en una intervención armada y cayó en 'unilateralismo al revés, debilitando la posición europea'-, pero coincidió en el fondo con Raffarin: 'El unilateralismo no es aceptable por razones de derecho, pero también de oportunidad política'. Según Juppé la política exterior francesa fue la que forzó al presidente Bush a declarar que la guerra no es ni inminente ni inevitable.

El centrista François Bayrou, jefe de filas de la UDF, hizo escuchar la tonalidad europeísta de su ideario asegurando que 'cuando rechazo el imperio americano no lo hago por americano, sino por imperio' y advirtió sobre las consecuencias de la forma que tome la solución de la crisis: 'Es una lucha entre la fuerza y el derecho. O bien se impone el gendarme autoproclamado del mundo, o bien vence la ONU, es decir, o triunfa una nueva forma de dominio, o se mantiene el pacto nacido de la Segunda Guerra Mundial que permite proteger a los débiles de los poderosos y a los poderosos de sí mismos'.

La posición socialista fue más radical y exigió del presidente Chirac y de su ministro de Exteriores, Dominique de Villepin, una oposición tajante a la intervención militar. 'Es inaceptable el teleevangelismo de Bush contra el llamado eje del mal y blandir como única razón del bien los intereses del libre mercado', dijo el portavoz Jean Marc Ayrault. Ayrault recordó haber aprobado el empleo de la fuerza en Kosovo, Kuwait y Afganistán porque venía avalado por el Consejo de Seguridad o una gran coalición de países democráticos.

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