Guerra abierta en Costa de Marfil entre el Ejército y los rebeldes
El Ejército marfileño lanzó en la tarde de ayer una ofensiva contra las tropas rebeldes que controlan el norte y el centro del país, después de rechazar el pasado domingo las presiones internacionales para firmar un acuerdo de alto el fuego con los sublevados.
En Bouaké (centro), la segunda ciudad de Costa de Marfil, tomada por los rebeldes, las tropas leales al Gobierno del presidente, Laurent Gbagbo, lograron entrar el domingo y combatieron ayer con los amotinados, después de una noche de tiros esporádicos. Las tropas francesas, desplegadas en la país para proteger a los ciudadanos franceses residentes en su antigua colonia, se apostaron ayer al este de Bouaké a la espera de intervenir en caso de que peligre la seguridad de sus ciudadanos. Por su parte, el ministro de Exteriores francés, Dominique Villepin, instó ayer a las autoridades marfileñas a encontrar una salida a la crisis 'a través de la reconciliación y el diálogo' y a firmar el acuerdo preparado por los mediadores de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, cuyos representantes abandonaron ayer Costa de Marfil tras fracasar en su labor de mediación.
Mientras tanto, la situación humanitaria en las ciudades ocupadas por los rebeldes se agrava debido a que los combates mantienen a los habitantes del norte encerrados en sus casas, sin acceso a alimentos, servicios sanitarios y escuelas desde hace tres semanas, según un portavoz de la Cruz Roja en el país. 'En algunos barrios hay comida, pero la gente tiene miedo de salir a la calle y además no tienen dinero porque los bancos permanecen cerrados desde que estalló la sublevación', asegura el portavoz de la organización humanitaria, quien alerta de la dramática situación de los miles de inmigrantes cuyas viviendas han sido incendiadas por el Gobierno, que les acusa de apoyar a los rebeldes.
En las dos últimas semanas, fuerzas de seguridad gubernamentales han incendiado decenas de miles de viviendas de inmigrantes, la mayoría procedentes de Burkina Fasso, que han sido acomodados provisionalmente en escuelas, hospitales y descampados de Abiyán, la capital financiera del país.
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