Urnas electrónicas hasta en el Amazonas
Los brasileños votan a través de 406.000 terminales que ofrecen resultados en tiempo real
En su cuarta experiencia democrática tras el fin de la dictadura, en 1985, los 115 millones de brasileños con derecho a voto estaban amparados ayer por la más moderna tecnología, con 406.000 urnas electrónicas repartidas en todo el país. Los brasileños ya habían experimentado el sistema en las últimas elecciones para las alcaldías, pero ésta es la primera vez que se usa de forma masiva para elegir al presidente de la República, a 26 gobernadores, 54 senadores y más de 1.500 diputados, entre federales y de los Estados.
Han votado electrónicamente en una urna situada detrás de una cabina en la que estaba escrito: 'Justicia electoral' y 'Vota Brasil'. Desde los electores de las grandes urbes, como São Paulo, Río o Salvador de Bahía, hasta los indios más escondidos en las reservas de la Amazonia, o en los pueblecitos más perdidos del interior, en lugares en los que áun no ha llegado la luz, llegaron ayer las urnas electrónicas.
Los campesinos miraban sorprendidos a unos aparatos como de otro planeta
El 80% de los ciudadanos se hubiese sentido más seguro con el voto tradicional
En algunos casos, fueron llevadas en carros o camiones con generadores. Los ojos de los campesinos miraban sorprendidos aquellos aparatos como llegados de otro planeta.
Los expertos dicen que su tecnología es elemental y que la pueden usar hasta los analfabetos. A éstos se les aconsejó llevar 'pintados' los números de sus candidatos para confrontarlos con los del teclado de la urna.
Cada elector ha tenido que teclear cinco veces: para diputado estatal, diputado federal, gobernador, dos senadores y presidente de la República. A todos se les estuvo aconsejando machaconamente que llevaran escritos en un papelito los nombres y los números de sus candidatos.
El mecanismo es muy sencillo: el votante teclea el número de su candidato y en la pantalla aparece su foto. Si la foto corresponde con la de su candidato no tiene más que confirmar su sufragio. Si no coincide es que ha habido un error. En ese caso, anula el proceso al presionar una gran tecla roja y vuelve a repetir la operación.
Los expertos realizaban la operación en unos segundos. Pero algunos votantes tardaban hasta tres minutos. Luiz Inácio, Lula, da Silva que fue uno de los primeros en votar -llegó visiblemente emocionado, envuelto en una bandera de Brasil a la que besó repetidamente antes de situarse tras la urna- tardó exactamente 32 segundos en hacer toda la operación. Los más rápidos eran los jóvenes, más acostumbrados a lidiar con el ordenador. Ayer podían votar a partir de los 16 años.
Representantes de 34 países estuvieron presentes en las nueve ciudades más importantes del país, no tanto como observadores o jueces del proceso democrático, sino más bien para examinar con curiosidad cómo funciona el voto electrónico, que tiene la ventaja de que los resultados se conocen en tiempo real y sin apelaciones posibles, al revés de lo que ocurre en Estados Unidos o en Europa.
Al parecer, tras la última experiencia de las elecciones presidenciales en EE UU, los diseñadores de la sencilla urna electrónica brasileña fueron convocados a Washington para dar a conocer de cerca el artefacto y, si era el caso, comprar a Brasil la patente.
Pero el procedimiento de voto electrónico ha sido durante toda la campaña objeto de polémicas, después de que la policía haya encontrado en varias ciudades, incluso en Brasilia, la capital, urnas clandestinas sin que nadie pudiera explicar para qué servían.
El principal temor de los políticos es que las urnas electrónicas puedan ser manipuladas o que se cometan errores incorregibles, ya que no queda ningún comprobante sobre el voto.
El Comité Electoral Supremo hizo diversas demostraciones públicas ante representantes de todos los partidos para que pudieran verificar la fiabilidad de las nuevas urnas. Según una encuesta, el 80% de los ciudadanos afirma que se hubiese sentido más seguro con el tradicional voto escrito. Sobre todo los de edad más madura. Para los jóvenes les daba igual y muchos hasta preferían la urna electrónica.
Al final, las urnas que tuvieron que ser cambiadas ayer fue un 1% del total de terminales, menos en Brasilia, donde hubo que sustituir un 4% de las urnas.
Por primera vez, se hizo la prueba de añadir al voto electrónico la impresión en papel de la votación. La experiencia alcanzó a un 7% de los votantes y se espera que pueda generalizarse a todo el país a partir de las próximas elecciones municipales de 2004. Con esta garantía añadida, los electores se quedarán más tranquilos sobre la seguridad de su voto en los comicios celebrados ayer en Brasil.
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