La 'mancha' de Natuzzi llega a España
El fabricante de sofás amplía su red internacional con cuatro tiendas en Madrid
Natuzzi es uno de los reyes mundiales del sofá. De origen italiano, esta compañía factura 786,1 millones de euros, cotiza en Nueva York y exporta el 88% de su producción. A pesar de ello, su nombre suena poco en España, donde esta misma semana ha abierto sus primeras cuatro tiendas. La inauguración, que ha contado con la presencia del presidente de la compañía, Pasquale Natuzzi, forma parte de un nuevo plan de expansión que se centra también en Francia, Suiza, Australia y China. En Estados Unidos, sus sofás son conocidos de sobra.
El grupo italiano exporta el 88% de su producción. La mitad de su facturación proviene de Estados Unidos, donde cotiza desde 1993
Pasquale Natuzzi llegó a Madrid en avión privado el pasado miércoles con el objetivo de inaugurar sus cuatro primeras tiendas españolas. La compañía que lleva su nombre fue creada hace tres décadas, pero no es muy conocida en España. Y eso que este hombre de 60 años empezó en 1959 en un pequeño taller con dos artesanos y hoy vende centenares de miles de sofás de cuero de precio medio-alto en todo el mundo cada año.
La mitad de las ventas del grupo, que en 2001 supusieron 786,1 millones de euros, proviene de Estados Unidos, y sólo el 12%, de Italia. El plan de expansión internacional de Natuzzi -118 tiendas en Italia y otras 52 en el resto del mundo- para los próximos años ha pasado esta semana por España. La compañía ha invertido más de un millón de euros sólo en publicidad y ha colocado un sofá gigante en la plaza de Felipe II para promocionar el lanzamiento, que sienta las bases de una red que tendrá 25 tiendas el año que viene.
Los primeros establecimientos españoles son propiedad del grupo italiano, algo raro, ya que todas las tiendas de Natuzzi salvo seis son franquicias. 'En Madrid abrimos tiendas propias porque queremos perfeccionar nuestro modelo de negocio y para ello necesitamos controlar todo el proceso', asegura Pasquale Natuzzi. Desde la selección de materias primas -piel, madera, etc.- y el diseño, a la fabricación y la distribución. La empresa tiene 15 fábricas en Italia, que integran de forma vertical todas las fases del proceso de producción. Y desde allí salen gran parte de sus sofás con destino a 123 países de los cinco continentes.
La apertura de las cuatro tiendas -todas en Madrid- es también un intento de reforzar y unificar la marca. En Italia y otros países, el grupo vende sus sofás a través de la enseña Divani & Divani, al que han añadido la muletilla 'by Natuzzi', que está en proceso de desaparición. La razón la explica su fundador sentado en uno de los sofás de una de las tiendas de Madrid: 'Divani & Divani es una marca que se puede imitar y se ha imitado, mientras que Natuzzi es un apellido, pertence a una familia y es casi imposible de imitar'. De hecho, la veintena de tiendas que el grupo ha abierto recientemente en distintos países ya se llaman como su fundador.
El esfuerzo internacional del grupo italiano en los próximos años se centrará en otros cuatro países: Francia, donde tiene seis tiendas y llegará a las 50 en los próximos tres años; Australia, pasará de 3 a 15; Suiza, donde las 3 tiendas actuales se convertirán en 12 en año y medio, y China. 'Nos hemos movido como una mancha de aceite', asegura Pascuale Natuzzi, en mercados afines o con gran potencial de crecimiento.
Una tienda en Nueva York
Esto no significa que la compañía se olvide del país que mejor acogida ha dado a sus productos: Estados Unidos. El grupo, que en este país vende sobre todo en grandes almacenes, tiene previsto abrir una tienda en el Soho neoyorquino en noviembre, 'frente a Louis Vuitton y al lado de Armani Casa', subraya su presidente.
A principios de la década pasada, el 90% de la producción de Natuzzi se vendía en EE UU. Por eso en 1993, cuando la compañía decidió sacar sus títulos a bolsa, eligió cotizar en Wall Street.
Ampliar el número de tiendas no es el único cambio que ha dado el grupo con sede en Santeramo in Colle (Bari) en los últimos años. El precio de los sofás expuestos en una de las tiendas madrileñas de Natuzzi ronda los 2.000 euros. El año pasado, sin embargo, creó una línea más barata (Italsofá), que fabrica en tres nuevas instalaciones en Brasil, Rumania y China y ya supone alrededor del 16% de las ventas y ha diversificado su producción con otros muebles para el salón.
Las ventas del grupo han crecido de forma sostenida durante los últimos cinco años, pero desde 2000 el beneficio operativo desciende. El año pasado se quedó en 75 millones de euros, cuando dos años antes había superado los 80 millones. 'El precio de las materias primas ha subido mucho, el de la piel casi se duplicó el año pasado', argumenta Natuzzi.
Este año, sin embargo, la tendencia es la contraria, según el directivo italiano, lo que, unido a una reducción de los costes de transporte, han permitido al grupo mejorar sus números. Durante el primer trimestre del año, las ventas aumentaron un 3,8% sobre el mismo periodo del año anterior, mientras que el beneficio neto lo hacía un 43,5%, según los datos de la compañía. Y eso que, como para muchas empresas, el último año ha sido duro para Natuzzi. En palabras de su fundador: 'Es indudable que la crisis se nota y que la gente compra menos coches, menos ropa y menos sofás'.
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