200.000 personas apoyan en la calle a los sindicatos ante la negociación con el Gobierno
Miles de manifestantes unieron ayer sus voces para reclamar al Gobierno que restituya los derechos perdidos con el decretazo. La concentración reunió a unas 200.00 personas y fue respaldada por toda la izquierda política, una amplia representación del mundo de la cultura y muchos jóvenes. Ante ese auditorio, los líderes de CC OO y UGT, José María Fidalgo y Cándido Méndez, lanzaron un llamamiento al Ejecutivo para que no fracase la reunión de mañana y efectúe las rectificaciones que les ha prometido. En caso contrario, seguirán 'las movilizaciones' y habrá 'un conflicto social muy serio'.
Los sindicatos advierten de que el conflicto social seguirá abierto si fracasa la reunión de mañana
La convocatoria era en la madrileña Puerta de Alcalá y más de 200.000 personas -hasta 500.000 suben los sindicatos la cifra y la Policía Municipal la deja en 105.000- llenaron las calles adyacentes hasta la plaza de Neptuno, parte del paseo del Prado y los alrededores del parque del Retiro. Los manifestantes procedentes de todas las comunidades autónomas se desplazaron hasta allí en tres columnas desde Atocha, Cuzco y la Plaza de España.
La protesta masiva que colapsó ayer el centro de Madrid se produce dos días antes de la cita que tienen los sindicatos con el ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, para que éste les comunique las medidas que el Gobierno piensa introducir en la reforma del desempleo durante el trámite parlamentario. A esa reunión, los líderes sindicales llevarán la petición de que se dé marcha atrás en 'todas las medidas' del decretazo de reforma de la protección del desempleo y que se limen todos sus efectos.
Tutela judicial
Con tres ejes esenciales en las demandas: la restitución de la tutela judicial ante el despido improcedente y de los salarios de tramitación, la recuperación del derecho al desempleo para los trabajadores fijos discontinuos y medidas dirigidas a los jornaleros del campo de Andalucía y Extremadura, un colectivo que ha protagonizado una marcha a pie desde Córdoba y con el que ayer se comprometieron especialmente Fidalgo y Méndez.
Los sindicalistas habían convocado la concentración de ayer días después de la huelga general del 20 de junio. Y la han mantenido, pese al anuncio del Ejecutivo de que está dispuesto a limar los puntos más polémicos de la reforma, porque creen que las movilizaciones comienzan a dar sus frutos. Para el líder de CC OO, 'el Gobierno empieza a reconocer el beneficio de la rectificación; si nos movemos, se mueve'. Una actitud que considera más inteligente que la anterior de no admitir que existía un conflicto social abierto y la insistencia de diversos ministros en negar que hubo una huelga general el 20-J. Según Fidalgo, 'su ceguera, su incapacidad de oír a la gente común es lo que le está llevando cuesta abajo y sin freno' en las encuestas de apoyo ciudadano.
Una demostración, a su juicio, de que los trabajadores han entendido los argumentos de las centrales sindicales mejor que los del Gobierno. Y de que el impacto del decretazo es más agudo cuando el paro sigue aumentando y la economía ofrece signos de debilidad.
Los dirigentes sindicales confían en que mañana se den pasos para recomponer las deterioradas relaciones entre el Ejecutivo y los sindicatos. Por la vía del diálogo incluso están dispuestos 'a ofertar al Gobierno elaborar estrategias concertadas contra la precariedad laboral o la siniestralidad y para mejorar la protección al desempleo'.
Para Méndez, 'se han abierto unas expectativas' que el Gobierno no puede defraudar, porque 'su descalabro y su descrédito será mayor'. Una credibilidad que para el dirigente ugetista está en tela de juicio por un desgaste que se extiende a 'la presunta austeridad castellana del señor presidente, que ha quedado sepultada en el pabellón de El Escorial al son de la marcha nupcial', en referencia a la boda de la hija de Aznar.
'Medidas neoliberales'
Si ese acercamiento entre las demandas de los sindicatos y las respuestas del Gobierno no se produce a partir de la reunión de mañana lunes, las centrales tienen claro qué harán: 'Utilizaremos toda nuestra demostrada capacidad de movilización'. Una respuesta a la que volverán a recurrir ante intentos de aplicar 'políticas neoliberales' y 'siempre que el Gobierno crea que el progreso pasa por la precariedad del empleo, por no tomar medidas contra la siniestralidad laboral, por explotar a los trabajadores inmigrantes o por convertir los servicios públicos en objetos de compra y venta en el mercado'.
Un nuevo pulso entre las centrales y el Gobierno del Partido Popular se iniciará dentro de un mes, cuando comiencen las movilizaciones contra la Ley de Calidad de la Enseñanza.
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