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Reportaje:

El Opus da las gracias al Papa

La Obra atribuye a Juan Pablo II el 'cambio mental' que ha acogido a san Josemaría

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La canonización, el próximo domingo, de Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, será una 'fiesta' para toda la Iglesia, porque 'los santos son universales', dijo ayer Flavio Capucci, postulador del nuevo santo. Capucci, miembro de la Obra, atribuyó a los efectos benéficos del pontificado de Juan Pablo II, el 'cambio cultural' que ha permitido que san Josemaría haya sido acogido sin las polémicas que suscitó su beatificación, en 1992. 'Vivíamos en un clima teñido por las ideologías en el que un católico progresista se sentía más cerca de un protestante que de un católico conservador, pero esas categorías se han derrumbado', declaró. Llevar a los altares a su fundador le ha costado al Opus 480.000 euros, 'una cantidad abordable', dijo Capucci, que no dio las cifras de la ceremonia del domingo.

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Capucci llevó ayer el peso de la presentación a la prensa de un acontecimiento con el que soñaba el Opus desde hace años. Empezó por rechazar que la canonización de Escrivá represente una 'patente de respetabilidad' para el Opus. 'La Obra cuenta ya con el reconocimiento de la Iglesia desde el momento en que ha sido erigida en Prelatura personal por la autoridad eclesiástica suprema', dijo. 'La canonización viene más bien a ratificar la validez de la idea innovadora de Escrivá de que para ser santo no es necesario hacer cosas excepcionales, sino santificar la vida cotidiana'.

Capucci restó importancia al efecto negativo que pudieran haber tenido sobre la imagen de Escrivá los ministros de la Obra que participaron en los Gobiernos tecnócratas de Franco, en los años sesenta. 'Ni las autoridades políticas ni las religiosas condenaron el régimen de Franco en aquella época. ¿Por qué iba a intervenir Escrivá en un caso de decisión privada de tres miembros de la Obra? Una de las características del carisma del Opus Dei es la libertad que concede a sus miembros', dijo.

El postulador defendió también el trabajo realizado a lo largo de los 21 años que ha durado el proceso de llevar a los altares a Escrivá, y reiteró que su brevedad relativa se debe exclusivamente a la nueva normativa aprobada por Karol Wojtyla en 1983 de la que se han beneficiado otros santos.

El Opus no espera que la aceptación de San Josemaría sea completa. 'En algunos casos eso exigiría cambiar los esquemas mentales y no todo el mundo tiene la flexibilidad mental necesaria', dijo Capucci. Pero, 'como la santidad es un acto dogmático, que implica la infalibilidad del Papa', el nuevo santo tendrá que ser aceptado y arrinconadas las críticas de quienes llegaron a 'atribuirle defectos morales como la vanidad, la iracundia', o a suponerle simpatías nazis.

Capucci insistió ayer en que lo importante serán los fieles de a pie -hasta el momento hay 218.000 reservas- llegados de 84 países, aunque la Obra sólo tiene presencia organizada en 70 países. En primera fila estará tambiénuna nutrida representación de los gobiernos español e italiano además del vicepresidente de Guatemala, el líder polaco Lech Walesa y las primeras damas de Ecuador y Puerto Rico.

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