Spielberg ya sólo quiere divertir y divertirse
El director regresa con 'Minority report', nueva incursión en la ciencia-ficción
A Steven Spielberg el éxito no le falta y tampoco necesita sentirse reafirmado como autor, un prestigio subrayado por esa imagen en la que le faltaban manos para recoger las estatuillas del Oscar que le fueron otorgadas por La lista de Schindler o, incluso, por Salvar al soldado Ryan. A sus 55 años, peinando canas y al frente de uno de los principales estudios de Hollywood, DreamWorks, él mismo se pregunta: '¿Cuánto más éxito necesito? Tengo el suficiente como para que me dure tres vidas. No necesito palmadas en la espalda, no estoy en competición por hacer la mayor película de la historia. Sólo quiero hacer películas, contar historias que mantengan mi interés durante los dos años que me llevan en su producción y, en esa esperanza de pasármelo bien, conseguir que los demás también disfruten'.
'Sólo quiero contar historias, pasármelo bien y conseguir que los demás disfruten'
'La cuarta entrega de las aventuras de Indiana Jones llegará en el 2005'
Es desde esta posición relajada, en la que al parecer no hay nada que ganar y nada que perder, desde la que Spielberg rechazó las ofertas de dirigir Harry Potter o Spiderman, algunos de los títulos más taquilleros del último año, para hacer de Minority report la siguiente obra de su filmografía. Una historia basada en un cuento corto de Phillip K. Dick, autor en el que se han inspirado otros clásicos cinematográficos de la ciencia-ficción como Blade Runner o Desafío total, que transcurre en el Washington de 2054, donde el crimen es perseguido mediante una unidad federal capaz de detener a los criminales antes incluso de que violen la ley. Un filme donde si el nombre de Spielberg es sinónimo al toque del rey Midas en la taquilla, sólo tuvo que añadirle el de Tom Cruise como protagonista. 'Contar con Tom fue de cajón. Él fue quien me dio el guión para leer hace tres años y también era el mejor actor para el papel. Incluso si no me lo hubiera dado le hubiera pedido que hiciera el trabajo. Es algo que habíamos intentado varias veces pero que esta vez funcionó', explica Spielberg de una elección millonaria, con la que este filme futurista pasó a tener tono de película de acción aunque, como recuerda el realizador, se trata de una obra con muchos más niveles de lectura que Misión imposible. 'Aunque transcurre en el futuro, se trata de una historia muy contemporánea, y eso es lo que me atrajo, el enfrentamiento de dos formas de pensar. Una, la creencia de que uno se labra su propio destino, frente a la de que uno sigue el mapa trazado por su destino o por una entidad superior', resume el realizador.
Enarbolando el buen humor, Spielberg no se decanta por ninguna de las dos formas de pensar. 'Controlo mi vida cuando mis películas son un éxito y es culpa del destino cuando fracasan', argumenta jocoso. Es algo más serio a la hora de marcar los paralelos entre Minority report y las tácticas empleadas en la actualidad en la lucha contra el terrorismo. 'Tanto el Departamento de Justicia, como el FBI o la CIA cuentan ahora con más poderes que les capacitan para desarticular grupos terroristas', tácticas que en su opinión les dan 'el derecho de interferir en la vida privada' para determinar quién es una amenaza para la seguridad nacional. 'Lo que me preocupa', añade, 'es ser vigilado, ser escuchado sin que haya hecho nada'.
Son violaciones de las libertades que le traen a la memoria 'la persecución racial que llevó a miles de japoneses nacionalizados en Estados Unidos a campos de internamiento en 1941, después del bombardeo de Pearl Harbor'. Sin embargo, su actitud, lejos de ser crítica a las decisiones del presidente Bush, apoya la necesidad de mantener este recorte de las libertades civiles mientras sea necesario. 'De un lado quiero proteger a mi familia y le pido al Gobierno que haga todo lo que pueda para evitar que algo así vuelva a suceder', subraya en referencia al 11 de septiembre. 'Por otra parte hay que determinar cuánto es demasiado, cuándo debe de cesar y cuándo recuperaremos nuestros derechos de vuelta', añade.
A pesar de esta retórica y de su preocupación por la situación actual, Spielberg descarta cualquier sugerencia de una carrera política en su futuro. 'Creo que mis películas pueden hacer más por el mundo que cualquier debate en la CNN o cualquiera de esos programas. No tengo ninguna aspiración en este terreno', aclara. Su vida parece demasiado llena con nuevas películas, en un año en el que además del estreno de Minority report, Spielberg se preocupó de promocionar una nueva versión de E.T. para la gran pantalla, con escenas nunca vistas y una mejora de los efectos especiales. Además, tiene prevista para diciembre la presentación de su próxima obra, Catch me if you can, protagonizada por Tom Hanks y Leonardo DiCaprio. 'Es lo más cercano al cine-guerrilla que alguien con el apellido Spielberg puede hacer', bromea el realizador, incapaz de ralentizar su ritmo de trabajo incluso cuando lo tiene todo. Además está su compromiso de hacer realidad la cuarta entrega de Indiana Jones. 'No se trata de dinero ni de éxito, sino de lo bien que me lo pasé haciendo las tres anteriores', resume. 'Siempre he dicho que han sido las mejores experiencias de mi vida y que volvería a revisitar el personaje sólo por lo divertido que fue trabajar con Harrison Ford y con George Lucas. Si no lo hemos hecho antes es porque no teníamos una buena historia. Frank Darabont, el autor y director de Cadena perpetua, La milla verde y The majestic, está al cargo del guión, y si no rodamos hasta el 2004 es porque Harrison no está disponible. Así que habrá que esperar hasta el 2005 para verla, pero merecerá la pena'.
Tom Cruise, un trabajador incansable
Parecen hechos el uno para el otro: Tom Cruise y Steven Spielberg. Un reparto lógico para Hollywood, que ha tenido que esperar 20 años hasta hacerse realidad. 'Claro que lo estaba deseando, ¿quién no quiere trabajar con Spielberg?', confirma Cruise con una de esas sonrisas que desarman sobre 'una amistad que viene de 1983', cuando ese gesto ahora millonario no hacía más que empezar en Risky Business. Son años en los que Cruise ha madurado una de las carreras con más éxito de la industria, con 23 películas en su haber y 2.000 millones de dólares de taquilla, pero la ambición sigue siendo la misma. 'Mi único deseo es seguir trabajando', confiesa en referencia al pensamiento que cruzó su mente al cumplir el pasado 3 de julio su 40º cumpleaños. 'Recuerdo cuando era un actor joven, pensando qué sería de mí cuando tuviera 40, 50, 60 años. Esto nunca me lo hubiera podido imaginar, pero sigo manteniendo clara la idea de que lo único que quería y quiero es seguir trabajando', afirma el intérprete. Muestra de este interés por el cine es el hecho de que fue él, y no Spielberg, el instigador de Minority Report - 'a Steven le gusta decir que ahora es un director de alquiler', bromea- y que mientras se prepara para empezar el rodaje de The Last Samurai ha comenzado a desarrollar una nueva versión de La guerra de los mundos, donde por el momento limita sus funciones a la producción, y sueña con dirigir 'antes de que esté todo dicho y hecho'. Ofertas al parecer no le faltan tampoco en este sentido, aunque por el momento ninguna es de su agrado. 'A saber lo que pasa en otros 20 años', sueña en voz alta este eterno optimista en lo que se refiere al futuro. 'Tengo claro que no creo en el destino -sentencia aprovechando el tema de la película-. Soy de la opinión de que cada uno se labra su propio futuro'.
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