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Reportaje:

El asesino no quería dinero

El secuestrador del hijo de un banquero alemán era rico y actuó por otros móviles

Javier Moreno

Magnus G., el estudiante de Derecho que según la policía secuestró y asesinó el viernes a Jakob von Metzler, el hijo de 11 años de un destacado banquero alemán pese a haber cobrado un rescate de un millón de euros, no tenía problemas de dinero. Pertenece a una familia acomodada. Y conducía un coche deportivo, y caro. Los detalles que comienzan a emerger, la personalidad del sospechoso y su modo de vida llevan a los expertos a considerar el crimen un 'caso misterioso'. Francfort, conmocionada, seguía ayer de luto.

La policía ha descartado cualquier motivo sexual en el crimen. Pero cada vez se inclina más por pensar que el dinero, en última instancia, no explica la muerte del pequeño Jakob, cuyo cadáver fue encontrado el martes en un lago cerca de Francfort. El periódico Süddeutsche Zeitung sostiene que el acusado daba clases de recuperación en el instituto al que acudía la víctima, un dato que la policía no quiso confirmar.

El niño murió asfixiado, probablemente por estrangulamiento

Los agentes, que han encontrado el millón de euros pagado por el rescate en el apartamento del sospechoso, investigan ahora si Magnus G., de 27 años, tenía algún motivo para odiar a los Metzler. Y si tenía más relación con la familia de lo que hasta ahora se sabe: un frustrado intento de trabar amistad con los dos hermanos mayores de la víctima, antes de decidirse por secuestrar a Jakob.

Tampoco se explica nadie, por ejemplo, cómo el heredero de 11 años de una rica y poderosa familia de banqueros, con negocios y sucursales en Múnich, Stuttgart, Los Ángeles, Seattle, Tokio y Dublín, que maneja las fortunas de cientos de personas en todo el mundo, volvía del colegio solo, en autobús primero, y caminando luego, a su casa, sin protección alguna.

El luto en Francfort, la capital financiera de Alemania, era ayer palpable en las numerosas declaraciones de condolencia. Friedich von Metzler, de 59 años, y su esposa Sylvia, los padres de Jakob, son dos mecenas muy conocidos y apreciados en círculos artísticos, intelectuales y de empresarios. La familia, propietaria desde 1674 de la banca privada más antigua del país, ha destinado millones de euros a fundaciones, teatros, hospitales y otros fines sociales. Las flores se acumulaban ante la lujosa villa de los Metzler.

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Los vecinos del presunto asesino completaron ayer su retrato. 'Muy amable y muy limpio', dijo Emma, que vive en el mismo bloque de apartamentos. 'Una buena persona; causaba una buena impresión', completó un joven que no quiso ofrecer su nombre. El fiscal general de Francfort anunció que mañana se conocerá el resultado de la autopsia. 'Todo apunta', dijo Reiner Schilling, 'a que el muchacho murió estrangulado'.

Junto al dolor de la sociedad alemana, no ha faltado la polémica. El derrotado candidato conservador en las recientes elecciones, Edmund Stoiber, pidió endurecer la legislación contra este tipo de crímenes para asegurar que los responsables cumplan las penas de forma íntegra. Un portavoz de Los Verdes, Volker Beck, le exigió que no utilice el dolor de este caso para 'baratas' exigencias políticas de su partido, la CDU-CSU.

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