La Fundación Barrié reúne las series de Apóstoles de El Greco

La Fundación Barrié de la Maza de A Coruña muestra desde hoy, reunidos por vez primera, buena parte de los Apostolados de El Greco. El pintor realizó muchas de estas representaciones de Jesucristo y los 12 apóstoles, originalmente unitarias, y que en la mayoría de los casos se disgregaron después por todo el mundo. La exposición muestra tres de los cuatro Apostolados que se conservan prácticamente completos.

El Greco creó sus Apostolados en los últimos años de su vida, en el cenit de su prestigio, es decir, en la época de mayor demanda de sus obras, fundamentalmente de motivos religiosos. Según el comisario de la muestra, Alfonso Pérez Sánchez, varias de estas series se fueron dispersando a lo largo del siglo XX. Algunas son conocidas sólo por testimonios literarios y existen muchas otras representaciones sueltas de apóstoles, bien de creación individual o procedentes de series fragmentadas.

Los cuadros expuestos en A Coruña, en algún caso después de una cuidadosa restauración de Rafael Alonso, permiten seguir la evolución artística de Doménico Theotocopulos.

El apostolado perteneciente al Museo de El Greco de Toledo (un cuadro principal, Jesús bendiciendo, y dos grupos de seis apóstoles cada uno) es el último que pintó el artista, y constituye un impresionante legado de intensidad expresiva. El conocido como del Marqués de San Feliz (12 cuadros individuales), actualmente en el Museo de Bellas Artes de Asturias, fue posiblemente el primero que realizó el pintor, y no gozaba de mucha consideración crítica hasta que la reciente restauración ha sacado a relucir su auténtico valor, según Pérez Sánchez.

El tercer apostolado, el de Almadrones, fue encontrado en plena guerra civil en esa localidad de Guadalajara. Consta tan sólo de ocho cuadros que fueron restaurados al término de la contienda. En 1946, el Estado permitió al Obispado de Sigüenza vender cuatro en EE UU a cambio de incorporar los otros cuatro al Museo del Prado. La única serie ausente en la muestra de la fundación coruñesa es la de la Catedral de Toledo, cuyo cabildo se negó a cederlo.