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España y Portugal tratarán de reactivar hoy su proyectado mercado único de electricidad

Aznar y Durão Barroso llevarán ocho ministros cada uno a la cumbre de Valencia

El anuncio del trazado definitivo del AVE Madrid-Lisboa y la renovación por el nuevo primer ministro portugués, José Manuel Durão Barroso, del compromiso suscrito en 2001 por su predecesor, António Guterres, de crear para 2003 un mercado ibérico único de energía eléctrica, son los dos principales resultados concretos que cabe esperar de la 18ª Cumbre hispano-lusa que se celebrará hoy y mañana en Valencia. Nada menos que ocho ministros acompañarán al presidente del Gobierno, José María Aznar, y a su homólogo portugués para lograr esos empeños.

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El núcleo duro del Gabinete, representado por los titulares de Asuntos Exteriores, Economía, Justicia, Interior, Defensa, Fomento, Trabajo y Ciencia y Tecnología, participará en la cumbre, y a cada ministro se le ha buscado su cometido. Los de Exteriores firmarán, por ejemplo, un Tratado sobre Cooperación Transfronteriza que permita vencer las dificultades derivadas del hecho de que Portugal no esté organizada en regiones para aprovechar más eficazmente los programas de desarrollo interregional (INTERREG) financiados por la Unión Europea. Los ministros de Defensa, que asistirán por primera vez a estos encuentros anuales, buscarán, por su parte, acuerdos de cara a la distribución de mandos y cuarteles que prepara la OTAN.

Pero más allá de sus resultados concretos, estas reuniones vienen a escenificar una celebración de las intensas relaciones entre España y Portugal, que, tras la llegada del liberal Durão Barroso al poder, casi superan el ámbito de la estrecha amistad para entrar en el de la familia. El yerno de Aznar, Alejandro Agag, va a empezar a trabajar en el Banco Portugués de Negocios, una entidad ligada al Partido Social Demócrata de Barroso, y cabe recordar también que tanto éste como Guterres asistieron a la boda entre Agag y Ana Aznar.

El cambio del Gobierno luso, el pasado mes de marzo, colocó, sin embargo, en pausa el proyecto del mercado ibérico de la electricidad, debido quizás en parte a un mayor acento nacionalista del nuevo Gabinete, que ha hecho cundir en la Administración española dudas sobre la voluntad de Barroso de llevarlo a cabo.

Enfrentado a dificultades jurídicas y económicas -de creación del operador único para un mercado asimétrico, ya que el portugués sigue registrando una fuerte presencia del Estado-, este proyecto, que Aznar promueve no tanto por su interés comercial, sino como argumento para lograr que Francia facilite la interconexión de la 'isla ibérica' a través de los Pirineos, ha perdido ya su horizonte de enero de 2003. España pretende que en Valencia las dos partes renueven su compromiso, probablemente con un nuevo calendario.

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Desde que se lanzó este proyecto, en la última cumbre, de 2001, España ha superado a Alemania como primer cliente y proveedor de Portugal. También ha seguido el desarrollo de las comunicaciones transfronterizas, con la conclusión de las autovías entre Oporto y A Coruña, y Huelva y Ayamonte. El proceso va a proseguir ahora con el anuncio del trazado del Tren de Alta Velocidad entre Oporto-Lisboa y Madrid, proyecto que data de 1990.

La UE será otro tema en el que se buscarán fáciles coincidencias frente a los riesgos de la ampliación o a la pretensión de los países del norte de recortar la pesca o la Política Agrícola Común. Pero los dos dirigentes difieren en cuanto a la conveniencia de que la UE retrase hasta el año 2006 el límite para que los Quince logren el equilibrio presupuestario. Portugal, expedientado por superar el 3% de déficit sobre el PIB, quiere el aplazamiento. Aznar, con superávit este año, es el máximo defensor del calendario. Dado que el portugués echa la culpa de sus males al Gobierno precedente, ambos podrán proclamar su fe en el déficit cero.

La cumbre de 2001, celebrada en Sintra, chocó con la resistencia de Portugal a firmar el acuerdo bilateral para suprimir la extradición de terroristas que le proponía el entonces ministro de Justicia, Ángel Acebes. Luego, los portugueses enmendaron su Constitución para poder aprobar la orden europea de busca y captura, que ahora van a introducir por la vía rápida, como quiere España. De ahí que los problemas en ese terreno se consideren zanjados y que el caso del presunto etarra José Luis Telletxea Maya, que sigue en Portugal pese a que España pidió su extradición en 1996, sea minimizado por fuentes gubernamentales españolas como una 'burbuja jurídica en un mar de recursos'.

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