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Alcaldes y cargos públicos de La Ribera, contra el trasvase Júcar-Vinalopó

La Coordinadora Riu Xúquer protagoniza un protesta simbólica en Alzira

Lo que consideran una 'desquiciada demanda hídrica de la costa alicantina' y la 'inexistencia de excedentes trasvasables' son los argumentos que fundamentaron la protesta contra el trasvase Júcar-Vinalopó que, convocada por la Coordinadora Riu Xúquer, reunió ayer por la tarde en Alizira, junto al río, en un acto simbólico a alcaldes y concejales de las comarcas de La Ribera Alta y Baixa y a los presidentes de las dos mancomunidades.

La Coordinadora Riu Xúquer, que aglutina a organizaciones cívicas y ecologistas de las comarcas de la Ribera y la Canal de Navarrés, protestó de nuevo ayer en Alzira, en un acto simbólico, contra el proyecto del trasvase del río Júcar al Vinalopó ante 'la inexistencia de excedentes trasvasables' y de las 'imprevisibles consecuencias medioambientales'.

A la convocatoria de esta coordinadora acudieron los presidentes de las mancomunidades comarcales de La Ribera Alta y Baixa, Matilde Ferrá y Antoni Cuñat, respectivamente, junto a alcaldes, concejales y cargos orgánicos locales y comarcales del PSPV-PSOE, del Bloc Nacionalista Valencià y de EU que se concentraron junto al cauce del Júcar a su paso por la capital de la Ribera Alta.

Previamente, colgaron una pancarta, de grandes dimensiones, del puente de hierro en la que se decía 'Salvem el Xúquer'. Los manifestantes criticaron al Consell por no poner freno 'a la desquiciada demanda hídrica de la costa alicantina' que, a juicio de la coordinadora, se expande 'al abrigo de los proyectos urbanísticos y de desplanificación del territorio amparados por el gobierno de la Generalitat Valenciana'.

Los ecologistas de La Ribera y La Canal de Navarrés temen que el incremento de recursos hídricos en las comarcas alicantinas desvíe su destino y, en lugar del uso agrícola anunciado, acabe contribuyendo al mantenimiento de 'parques acuáticos de recreo' y del 'césped de campos de golf'.

Los miembros de esta coordinadora aseguran que desde hace 20 años el agua que pasa por Antella 'no llega a mezclarse con el mar, sólo fluyen aguas residuales', para ilustrar cómo el caudal del río es aprovechado en su totalidad.

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El proyecto del Gobierno contempla la toma de aguas en el embalse de Cortes de Pallás, en un trazado hasta Villena que atraviesa la reserva nacional de caza de la Muela y discurre por las proximidades de yacimientos arqueológicos, como el de la Cueva de la Araña en Bicorp y los Abrigos del Buitre, además del Macizo del Caroig, cuyo acuífero temen los ecologistas que lo exploten algún día 'con la excusa de la falta de agua en el río'.

La compensación de la escasez de agua en el Júcar con el trasvase del río Ebro también es rechazada por la coordinadora, ya que 'sus aguas son más salinas y están mucho más contaminadas', según manifestó ayer el portavoz, Salvador Pérez.

Salinidad

Las aguas procedentes del canal Júcar-Turia y que abastece a la ciudad de Valencia 'no son actualmente ni prepotables', según Pérez, debido al elevado índice de salinidad que sufre el Júcar por las aportaciones de su afluente, el río Gabriel.

Los manifestantes coincidieron en señalar los efectos 'negativos' que tendrá a su juicio el Plan Hidrológico Nacional (PHN) tanto en el Júcar como en el Segura y el Ebro, y denunciaron el 'chantaje' a que se está sometiendo a las poblaciones de la Ribera, dado que para llevar a cabo las obras del plan de defensa contra las avenidas 'se exige la realización del PHN', señaló el representante de la Mancomunidad de la Ribera Alta y concejal nacionalista, Joan Martínez.

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