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EL ÚLTIMO DEBATE DEL PRESIDENTE

Pujol defiende el carácter pacífico y constitucional del nacionalismo catalán

El presidente reclama la extensión de visados - Ninguna mención a la crisis del sector textil y a la reestructuración de la factoría de Seat en Martorell - El Gobierno aprobará una ley de Enseñanza - Niega que la Administración tenga responsabilidad en los accidentes laborales

Jordi Pujol destinó la mayor parte de su discurso a anunciar lo que definió como 'retos de futuro' del Gobierno de Convergència i Unió más allá de esta legislatura. El presidente enumeró una cascada de iniciativas en todos los ámbitos sectoriales, pero escasamente novedosas, y tuvo significativos silencios, por ejemplo para la crisis de la factoría Seat de Martorell. Entre las reclamaciones, destacó la asunción de más competencias en materia de inmigración, fenómeno que definió como un 'problema de extrema gravedad', y emplazó al Gobierno central a endurecer su política mediante la exigencia de visados.

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- Inmigración: más restricciones.El incremento del número de inmigrantes -que supone el 5% de la población actual de Cataluña- es, según dijo Pujol, 'el hecho más importante y problemático' de los últimos años. A su juicio, todos los países desarrollados tienen que afrontar el fenómeno, pero en Cataluña es un 'problema de extrema importancia' poque puede afectar a la identidad, uno de los ejes de su discurso: 'No podemos perder de vista que tiene que haber una cultura central de referencia, que es la que a través de los siglos hemos ido elaborando'.

Pujol se quejó de la falta de competencias en los asuntos claves de la política sobre la inmigración, como el control de flujos y la concesión de visados, pero anunció que está negociando con el Gobierno central para que sea más restrictivo. 'Hay que reducir los flujos inmigratorios', afirmó el líder nacionalista, quien dejó claro que trata de convencer al Ejecutivo de José María Aznar para que pida visados 'a ciudadanos de más países'.

- Accidentes laborales: breve. Ha sido uno de los grandes problemas del verano -26 trabajadores muertos desde el 17 de junio y Cataluña convertida en la comunidad autónoma con peor índice de siniestralidad-, pero Pujol pasó de puntillas sobre él. Le dedicó sólo un minuto y medio de su largo discurso, aunque consideró que combatirlos es una 'exigencia social de primer orden' porque se trata de uno 'de los indicadores cívicos de un país'.

El presidente de la Generaliat declinó toda responsabilidad de la Administración en el aumento de los accidentes y dijo que, más allá de incrementar la inspección y las multas, se requiere una política 'más de fondo', basada en la 'acción pedagógica a medio plazo y global', especialmente para empresarios y trabajadores.

- Medio ambiente: apoyo al PHN.Pujol volvió a defender con uñas y dientes la actuación de su Gobierno ante el Plan Hidrológico Nacional, pese al desgaste electoral que puede provocar a CiU y que el presidente catalán admitió: 'Es de esos temas que irritan mucho al territorio que trasvasa agua sin que aparentemente lo agradezca demasiado el que la recibe'. Entre los escasos problemas que reconoció que su Gobierno no ha sabido resolver, destacó el de los purines. Admitió que el sistema utilizado para controlar las granjas ha sido 'insuficiente'.

- Catalán: tirón de orejas. El presidente de la Generalitat se mostró preocupado por el uso social del catalán y dio un tirón de orejas al 'conjunto de los catalanes' por su indiferencia lingüística. Pujol mostró su enfado 'especialmente y muy principalmente' con los catalanohablantes porque 'en el día a día no defienden suficientemente el uso social del catalán pudiéndolo hacer en muchísimas circunstancias en que esto no provoca tensión'.

- Infraestructuras y transportes: escasas novedades. Las únicas novedades que presentó Pujol no son competencia del Gobierno catalán. Anunció la realización de un estudio 'sin compromiso de ejecución' para construir dos líneas de ferrocarril de ancho europeo: Martorell-Mollet y Figueres-Portbou. Informó de que el AVE no llegará a la frontera francesa ni en 2005 y, pese a afirmar lo contrario en anteriores ocasiones, reiteró el cumplimiento de los plazos en los tramos de Barcelona, Girona y Figueres. También se comprometió a estudiar la construcción de otro aeropuerto en Barcelona a menos de que las demandas futuras puedan cubrirse con la ampliación de los de Girona y Reus. Pujol dedicó un apartado al reequilibrio territorial y al compromiso de su Gobierno de invertir en dos ejes básicos: valle de Aran-Tortosa y eje de Poniente-Costa Brava.

- Seguridad: 42 segundos. A pesar de que Pujol consideró la seguridad ciudadana una 'una creciente y justificada demanda' de la sociedad, apenas le dedicó 42 segundos. Enumeró el despliegue de los Mossos d'Esquadra, la colaboración con las policías locales y la Ley de Seguridad Ciudadana, aprobada la pasada semana por el Consell Executiu.

- Educación: nueva ley. El Gobierno catalán aprobará antes de fin de año una ley de la enseñanza inspirada en las conclusiones de la Conferencia Nacional de Educación que tendrá cuatro ejes básicos: la creación de un programa de educación virtual para determinadas enseñanzas no obligatorias de grado secundario, el reciclaje profesional de los maestros, el fomento de la enseñanza del inglés y el incremento de las horas dedicadas a la informática.

- Industria y tecnología: significativos silencios. No hizo ninguna mención de la crisis de la industria textil ni de la amenaza de Seat de trasladar parte de la producción de Martorell a Bratislava. La única referencia de Pujol a las nuevas tecnologías la introdujo cuando habló de la necesidad de modernizar la administración pública catalana. Respecto a la industria, el presidente se ocupó tan sólo de la energía: desarrollo de las plantas de cogeneración, construcción de la línea de alta tensión Sentmenat-Bescanó y de un gasoducto entre la costa y Martorell, y aceleración de los proyectos de parques eólicos.

- Política social: apoyo a la familia. El Gobierno aprobará una nueva ley sobre la familia y universalizará en 2003 las ayudas directas a las familias con hijos menores de tres años. Pujol volvió a anunciar el plan de guarderías y la creación de nuevas plazas residenciales para gente mayor. En esta legislatura se presentará un Libro Blanco del voluntariado y se elaborará un plan para la inclusión social. En 2003, el Ejecutivo dará prioridad a las políticas de atención a minusválidos a mujeres maltratadas, y a la inserción sociolaboral de personas con riesgo de exclusión social.

Arropado por la familia

La familia de Jordi Pujol, que siempre ha demostrado un gran ascendiente sobre el presidente, no quiso perderse el histórico momento de su último debate de política general. Tres generaciones lo arroparon: su esposa, Marta Ferrusola; su hijo Oriol, secretario general de Industria, y su nieta Mercè. Marta Ferrusola se sentó en la primera fila de la tribuna de invitados, flanqueada por dos de los dirigentes más próximos al conseller en cap, Artur Mas, en el Departamento de Presidencia: el secretario de Comunicación, David Madí, y el secretario del Gobierno, Antoni Vives. Tras el debate, la esposa del presidente del Gobierno se paseó por la Cámara del brazo de su nieta, a la que presentó, ufana, a varios diputados. Los familiares no ocultaban su satisfacción, a pesar de que en algunos momentos debieron de tener algún problema para seguir el discurso. Si no ellos, sí parte del público, que hizo llegar al presidente de la Cámara, Joan Rigol, el mensaje de que no lo oían bien. Rigol interrumpió a Pujol y le pidió que resituara los micrófonos, ante la queja del auditorio. Al caer en la cuenta de que parte del público no había oído su mensaje, Pujol bromeó y se ofreció a empezar de nuevo. El comentario provocó risas en el hemiciclo ya que Pujol llevaba casi tres cuartos de hora hablando. 'Mejor no', concluyó el presidente. Dio un vistazo a sus papeles y reanudó el discurso como si nada ni nadie le hubiera interrumpido.

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