"Mi película habla de lo que está en la calle, en cada esquina, en cada bar"
Fernando León de Aranoa (Madrid, 1968) se despidió del Festival de San Sebastián con el puño en alto. Ganaba la Concha de Oro por Los lunes al sol, su tercer largometraje de ficción, un filme que retrata la tragedia del paro. El director llegó a media tarde del sábado a San Sebastián desde Vigo, donde se rodó la película y donde la noche anterior había conocido la noticia. 'Allí nació la película y allí ha terminado nuestra aventura con ella. En la misma habitación del hotel donde rodamos', recuerda el director.
Fernando León está sentado ahora en otra habitación, la del lujoso hotel María Cristina de San Sebastián. La ropa recién sacada de la maleta sobre la cama y una botella de agua para intentar calmar los nervios. Es tímido y profundamente amable. Acaba de enfrentarse en la recepción del hotel a decenas de periodistas, cámaras y admiradores. 'Hay momentos como ahora, a la entrada, cuando uno sí nota la presión, pero dura lo que dura el estreno, lo que dura el éxito o el fracaso. El resto del tiempo vuelves a tu vida normal'.
'Trabajar con el productor Elías Querejeta me da garantías y seguridad'
'El tema del paro me interesa como ciudadano, no sólo como director de cine'
El director de Familia (1996) y Barrio (1998) no considera que su interés por el cine social le convierta en un islote. 'Este tipo de películas ya las han hecho antes otros cineastas como Kean Loach, Costa Gavras o Guédiguian, y han sido premiados en muchos festivales. Haces un tipo de cine porque crees que lo tienes que hacer, porque te interesan ese tipo de historias y porque considero que si dedicas dos años de tu vida a una película tiene que ser por algo que merezca la pena, por algo que vaya un poco más allá del mero entretenimiento', continúa el director.
'Los lunes al sol surge de muchos sitios', continúa el director. 'Recuerdo que las primeras notas las empezamos a tomar cuando montaba Familia. Fue a raíz de cosas que leíamos en los periódicos sobre un movimiento en Francia de parados que empezaron a organizar actividades y jornadas de lucha al tomar conciencia de que eran un grupo social muy numeroso. A esas jornadas las llamaron Los Lunes al Sol. De ahí viene el título. Desde entonces hemos trabajado mucho con asociaciones, psicólogos, sociólogos, hemos hablado con parados de larga duración que nos han ido contando sus experiencias. Una de las cosas más explícitas, que también nos ayudó, fue la lectura de un manual de autoayuda para conseguir empleo. De ahí hemos sacado varias secuencias de la película. Era un manual para afrontar el miedo, para saber cómo comportarse ante una negativa', explica.
Fernando León asegura que tras Los lunes al sol está su interés de ciudadano. 'Son temas que están ahí y de los que hablas todos los días con tus amigos, tu familia, la gente que está cerca. Me interesan como a cualquiera, no sólo como director de cine, sino como simple ciudadano. Si lees las encuestas de los periódicos, sabes que es uno de los temas que más preocupan a toda la población. No entiendo que a algunos les sorprenda que se haga una película sobre el paro, cuando estamos hablando de un problema que afecta a tanta gente. Lo sorprendente sería lo contrario. No hacerla. Mi película quiere hablar de lo que está en la calle, en cada esquina, en cada bar, en cada casa. Para mí eso es lo lógico'.
Fernando León ha reiterado su preocupación por tratar con respeto a los hombres que han inspirado Los lunes al sol. 'Cuando escribo es lo que más me preocupa, tiene que ver con el pudor, sobre todo cuando he trabajado con una base real tan fuerte. He pensado mucho en ellos. Es la gente que mejor conoce el problema y son ellos los que tienen todo el derecho del mundo a criticar tu trabajo. Su juicio es el más severo siempre. Con Barrio me pasó lo mismo. Fui un día a una radio y a mitad de programa, sin yo saberlo, metieron llamadas de un instituto de la periferia de Madrid. Eran llamadas de chicos de la misma edad de los protagonistas hablando de la película. A mí me dio un susto tremendo porque pensé que eran los que más derecho tenían a decir si lo que contaba en la película se lo creían o no'.
Precisamente, fue Barrio la película con la que ganó su primera Concha en San Sebastián. Aquella vez, de plata. 'Me sentí entonces igual que hoy. Tuve una sensación muy parecida. Entonces me enteré del premio a la una de la mañana en una playa. En esa ocasión estaba con amigos, como cuando tenía 15 años. Fue otra historia, pero igual de buena. El hecho de que en esta ocasión nos hayamos enterado todo el equipo juntos lo ha hecho más eufórico. Lo venimos celebrando desde ayer, y eso me imagino que se nos nota'.
Los tres largometrajes de ficción dirigidos por Fernando León han sido producidos por Elías Querejeta. Director y productor parecen, de momento, mantener una sintonía envidiable. A Fernando León, sin embargo, no le gusta el término fidelidad. 'Trabajar con Elías no es una cuestión de fidelidad. Vamos película a película; no lo hemos hablado porque no hace falta, pero no tenemos una relación en exclusiva. Hicimos Familia, y salimos satisfechos los dos. Luego hicimos Barrio. Mientras sigamos teniendo películas para rodar en las que los dos estemos de acuerdo con el tema seguiremos haciendo cine. La forma de producción de Querejeta es una garantía de que el director va a estar muy cuidado, es alguien que se preocupa mucho, y me parece bien, de en qué película va a aparecer su nombre. Me da garantías y seguridad porque es alguien que ha producido muchas películas, algunas de ellas las mejors del cine español. Me deja trabajar tranquilo'.
Una sonrisa triste
Fernando León ha mezclado para narrar Los lunes al sol el drama y el humor. 'No fue un plan prediseñado, salió solo', explica. 'Al ir escribiendo, hay situaciones que se van complicando, y por muy dramáticas que sean, de repente, hay un momento que alguien tiene una reacción que surge del mismo drama. Es una tensión que, paradójicamente, se convierte en cómica, hace sonreír. Aunque siempre es una sonrisa triste. El humor venía muy unido al tema. Es una percepción externa, desde luego, pero sí siento que conviven las dos cosas, el humor y la tragedia'.
En un año de crisis del cine español, en el que apenas dos o tres películas han despegado como se esperaba y en el que algunos de los filmes más esperados han sido un fracaso, lo que ocurrirá con Los lunes al sol en taquilla es todavía una incógnita para el propio director. 'Es un tema que me preocupa, querría que la película la viera el máximo número de gente. Fundamentalmente por el tema que toca la película. Cuando cuentas historias, lo que quieres es que las escuchen. Yo no hago películas para mis amigos, eso sería demasiado cansado. Tampoco me gusta la dinámica de estar pendiente obsesivamente de la taquilla en una especie de competencia y de injusta guerra económica. En esa competición yo no me siento involucrado'.
"Javier no es sólo un actor intuitivo"
Fernando León defiende con convicción el trabajo de todos sus actores, pero también reconoce que de todo el reparto de Los lunes al sol, Javier Bardem tenía un reto añadido: trascender su popularidad y hacer olvidar al espectador que están ante el popular e internacional intérprete de Antes que anochezca o Jamón, jamón. 'Javier hace un trabajo de composición para separarse de su propia imagen y creo que lo consigue porque en tres minutos te has olvidado en la pantalla de que estás frente a él. Eso, unido a la fuerza del personaje, a su humor, le hace destacar'.
'El trabajo con Javier', añade el director, 'fue desde un principio mano a mano. La base de todo es el guión, pero lo primero que hizo Javier fue hacerme un interrogatorio que duró dos tardes enteras. Durante horas me machacaba a preguntas sobre Santa, su personaje, quería saberlo todo. Grababa todo sobre el personaje y sobre la película. Es algo que, al parecer, hace siempre. Así que ya se lo advierto a sus futuros directores: van a tener que ser capaces de responder a ocho horas de preguntas de Javier sobre la película'.
'Él elabora un verdadero examen del guión. Hablamos no sólo de su personaje, sino de lo que se quería contar en su conjunto, de cada secuencia, de otros personajes que no eran el suyo. Fue un trabajo muy de mesa, muy de análisis. Y para mí fue una sorpresa porque yo me esperaba la otra parte que tiene Javier, la de la emoción, la de pasión y la raza, trabajar con las tripas y el corazón, que es lo más poderoso en él, pero no lo único. Al final conseguimos tener en el rodaje las dos cosas: la emoción y su asombrosa precisión. Javier es mucho más que un actor intuitivo y eso es un lujo para cualquier director'.
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