Fundamentos, procedimientos, instrumentos y fases

'Sin prejuzgar el resultado final'. Ése, que llamó flexibilidad, fue uno de los que Ibarretxe definió como 'fundamentos del proceso', después de dejar 'descolocados' a todos los grupos, como dijo un satisfecho Joseba Egibar. Los otros fundamentos que citó serán la apertura a la participación social en el proyecto; la legalidad, explicitada en las normas estatutarias y constitucionales vigentes, y la democracia, a su juicio garantizada por el referéndum.

Ibarretxe dio ayer por iniciado un proceso cuasi constituyente en el País Vasco y adelantó su intención de citar a 'las fuerzas políticas y sensibilidades presentes en esta Cámara' -lo que parece incluir a la suspendida Batasuna- para encuentros bilaterales a partir del lunes. También dará 'explicación personal' a los representantes empresariales y sindicales y a las organizaciones sociales y culturales vascas', para luego recabar opiniones del conjunto de 'la sociedad vasca'.

En un plazo de 12 meses, el Gobierno presentará un borrador de texto articulado que someterá después a un nuevo proceso de 'contraste político y social', antes de elaborar la propuesta definitiva, a la que no puso plazo. Tras un nuevo período de 'información y contraste', remitirá el texto al Parlamento para su tramitación, por el procedimiento que contempla el Estatuto de Gernika y, una vez aprobado en la Cámara, abrirá 'los procedimientos pertinentes de negociación y pacto con el Estado'.

No puso fecha al referéndum, pero en ese punto sí se mostró dispuesto a desbordar el procedimiento legalmente establecido en el Estatuto para su reforma, al afirmar que la consulta se llevará a cabo tanto en caso de pacto con el Estado como en caso de desacuerdo. El Estatuto, por contra, establece como requisito previo para el referéndum la aprobación del proyecto por las Cortes.