¿Qué es un individuo?
Una bacteria es un individuo. Lo es también sin duda un pájaro y, con alguna duda, un árbol. Quizá lo sea también, aunque menos, un hormiguero, una familia, un club, una ciudad o una nación. Los límites no son nítidos y acaso existan grados incluso para la idea de individualidad. Se puede pensar en un grado máximo y en uno mínimo. Existen objetos hechos de materia viva que nunca han sido ni serán individuos. Por ejemplo: un hígado. Nunca se ha visto un hígado paseándose por el mundo como un ser libre. Asignemos el número cero (0) a este mínimo. En el otro extremo existen objetos vivos como, por ejemplo, los entes dotados con un cerebro coordinador e integrador. El grado de individualidad de una hormiga trabajando en su colonia parece menor que el de una libélula patrullando en una charca, es verdad, pero cierto extremo infranqueable se intuye ya cercano. Asignemos el número uno (1) a esa máxima individualidad. La ilusión del pensador ahora es construir un esquema conceptual que permita evaluar el grado de individualidad de un ente biológico (o cultural). Para empezar necesitamos un principio de definición. Probemos:
Un individuo es un objeto que tiende a mantener su identidad independiente de la incertidumbre de su entorno.
La definición es toda una invitación a buscar qué propiedades de un objeto contribuyen a definir su grado de individualidad. Probemos:
1) El individuo es un Todo compacto con una superficie frontera abierta al paso de materia, la energía e información. Lo compacto tiene grados: un organismo es más compacto que una población.
2) El individuo es un Todo independiente de Partes interdependientes. Hay grados: los pólipos de una colonia de coral son más interdependientes que las bacterias de un simple agregado.
3) El individuo es un Todo cuya viabilidad es prioritaria a la de cualquiera de sus Partes. Hay grados: el termitero es más viable que una termita y una termita más que su población intestinal de microorganismos.
3) El individuo es un Todo al servicio del cual están las funciones de sus Partes. Hay grados: un sistema inmunitario es más fiel y exclusivo que un ejército convencional.
4) El individuo es un Todo genéticamente uniforme. Hay grados: lo es más una colonia de insectos sociales que una de insectos no sociales.
5) El individuo es el resultado de algún (tipo de) desarrollo. Hay grados: lo es más una colonia de coral que procede de la división asexual de un único pólipo que una colonia de pingüinos.
6) El individuo es una unidad evolutiva. Hay grados: la selección natural actúa más sobre un león que sobre su familia.
Cada una de estas seis propiedades aportaría un peso al valor del grado de individualidad. Un buen esquema conceptual no cambia las respuestas sino las preguntas. Probemos. Ciertos agregados en forma de superficie esférica, estudiados por el equipo de mi amigo Henrique Lins de Río de Janeiro, están formados por unas veinte bacterias magnetotácticas y son capaces de orientarse en el espacio y de moverse a altísimas velocidades. Al parecer, se reproducen desdoblando sincrónicamente sus células, de modo que de una esfera se desprende otra como si fuera una monda de naranja. Nunca se han visto tales células vagando libres a su aire. El caso es notable porque podríamos estar delante del primer (?) individuo (??) pluricelular ensayado por una población de células sin núcleo. La pregunta clave sobre esta maravilla ¿es o no es un individuo? sólo tiene dos respuestas posibles, un cero o un uno. Mejor quizá preguntarse ¿cuál es el grado de individualidad de esta maravilla? Probemos...
Jorge Wagensberg es director del Museo de la Ciencia de la Fundación La Caixa
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