El Ejército israelí frena la demolición del cuartel de Arafat tras las críticas de EE UU

Miles de palestinos se lanzaron ayer a las calles de Gaza y de Cisjordania para reclamar el fin del asedio de Yasir Arafat en Ramala en una nueva Intifada. Cinco personas resultaron muertas y un centenar fueron heridas en los enfrentamientos con el Ejército israelí. Las manifestaciones desafiaban el toque de queda impuesto por las tropas israelíes tras los atentados palestinos de la semana pasada.

Entretanto, el Ejecutivo israelí de Ariel Sharon insistía en sus presiones para obligar al presidente de la Autoridad Palestina a tomar 'un billete de avión, pero sin regreso'. Arafat se encuentra cercado desde hace cuatro días por las tropas israelíes en su cuartel general de Ramala. Ayer, tras el pronunciamiento de Estados Unidos de que el cerco no contribuye a alcanzar la paz, Israel mitigó su presión sobre Arafat. La casi totalidad de los edificios que componen el cuartel general del líder palestino han sido demolidos por las excavadoras que acompañan a los tanques en el asedio.

Todo indica que la campaña de movilizaciones en apoyo del sitiado Yasir Arafat y de desobediencia civil contra los toques de queda impuestos por Israel no han hecho más que empezar. El partido gubernamental, Al Fatah, ha hecho un llamamiento a la población palestina para que se oponga 'en la calle' a las medidas adoptadas por el Gobierno de Sharon. 'No estamos dispuestos a coexistir con la ocupación', se afirma en el comunicado de Al Fatah.