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Medio siglo de arquitectura, en los proyectos de Alas y Casariego

Una exposición resume la coherencia de una trayectoria rigurosa

José Andrés Rojo

La historia de Alas y Casariego es, en buena medida, la historia de la arquitectura española de los últimos 50 años. La exposición que se ha inaugurado estos días en la Fundación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, organizada por el Ministerio de Fomento, rinde así homenaje a una trayectoria que, más allá de las modas, ha conservado una gran coherencia interior. Pedro Casariego murió el pasado día 8 en Madrid.

'Nunca ocultaron cómo estaba construido cada edificio y para qué servía'

Hace 50 años, la arquitectura que se hacía en España estaba marcada todavía por la cultura que reinó durante la dictadura de Franco: una drástica cerrazón a la tradición moderna, un gusto anclado en una estética 'romántico-nacional' (inspirada en los gestos más ampulosos heredados de un pasado remoto). Era una arquitectura que estaba lastrada por las propias características de un país que salía de la posguerra y que no disfrutaba de los recursos para meterse en iniciativas de gran envergadura. Fue entonces, alrededor de la mitad de la década de los cincuenta, cuando Genaro Alas y Pedro Casariego empezaron a trabajar.

La exposición que se inauguró el día 19 en la sede de la Fundación del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM), en Piamonte, 23, se ha convertido en un homenaje y recuerdo de Pedro Casariego, con el reconocimiento del rigor de la trayectoria del estudio que fundó con Genaro Alas. Su hijo, Juan Casariego, que lleva ya unos años trabajando en el estudio de su padre, es un guía de auténtico lujo para recorrer las distintas salas de una exposición que constituye una síntesis apretada de los caminos que ha recorrido la arquitectura española en los últimos 50 años.

Y es que, desde que las obras de unos cuantos arquitectos se han convertido en materia privilegiada de los medios de comunicación por su espectacularidad, se olvida con frecuencia que los edificios que finalmente se construyen están fuertemente mediatizados por cuestiones económicas, por las exigencias de los clientes, por los recursos tecnológicos de cada tiempo y lugar, por los gustos de cada época. Seguir, paso a paso, las obras de Alas y Casariego constituye, así, también una lección de historia.

En 1960, Alas y Casariego construyeron la fábrica de café soluble Monky, hoy demolida. 'Era una época donde ya era viable recuperar la tradición moderna', explica Juan Casariego, 'pero es importante subrayar que la tecnología necesaria para las propuestas de ese edificio no estaban todavía disponibles en España'. Así que Alas y Casariego tuvieron que inventar a partir de los materiales disponibles entonces. Una clara voluntad racionalista y la 'estructura limpia' del edificio, que no ocultaba su carácter industrial, marcaban ya la originalidad del proyecto.

Maquetas, paneles con precisas descripciones de las distintas obras, fotografías. Los proyectos se disponen en la exposición por décadas. Viviendas unifamiliares y viviendas sociales, edificios de oficinas, rehabilitaciones, hospitales, estaciones de tren, proyectos industriales... Una de las características del trabajo de Alas y Casariego es la de haber aceptado retos muy diferentes. Racionalismo, organicismo, posmodernismo. 'Supieron adaptarse a las corrientes de cada momento, pero nunca se plegaron a las exigencias de la moda, proponiendo siempre lecturas muy personales', observa Juan Casariego. 'Nunca ocultaron cómo estaba construido cada edificio y para qué servía', añade.

En la zona madrileña de Azca se pueden encontrar muchas de sus propuestas. Todas ellas distintas, todas elaboradas con una profunda coherencia constructiva y funcional. La torre del Windsor, los Trieste I y II o el edificio Centro revelan la variedad de respuestas formales a las exigencias de cada momento.

La transparencia de las líneas rectas, la riqueza formal de jugar con llenos y vacíos, el uso digno de materiales pobres y, sobre todo, no haber perdido nunca la dimensión humana de la arquitectura: todas esas características forman parte del trabajo de Alas y Casariego, y los han convertido en referentes de la arquitectura española del último medio siglo.

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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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