El Gobierno central aplaza hasta finales de año su decisión sobre la reconversión de Lemoiz

El Gobierno central ha aplazado hasta finales de año la decisión para reconvertir o no la central nuclear de Lemoiz en un parque temático. La reunión de alto nivel celebrada el martes en Madrid entre la Diputación vizcaína, Iberdrola y el Ministerio de Economía no logró los avances esperados. 'Nos hemos dado un plazo para analizar más en profundidad si se puede seguir adelante o no [con el proyecto de parque temático', señaló ayer el diputado foral de Empleo y Formación, Sabin Arana. El plan pasa por el cambio de titularidad de los terrenos, propiedad de Iberdrola.

Al encuentro acudieron, además de Sabin Arana, el secretario de Estado de Economía, José Folgado, el consejero-delegado de la eléctrica Iberdrola, Ignacio Galán, y el diputado general de Vizcaya, Josu Bergara. La reunión había sido definida como clave por la Diputación para conocer la viabilidad de convertir las abandonadas instalaciones de la central en un parque temático dedicado a la energía, la ciencia, la tecnología y el medio ambiente. Desde este año existe un anteproyecto que prevé una inversión de 72 millones de euros.

'Decidimos tomarnos un tiempo para analizar' el plan de la Diputación, dijo Arana. El diputado de Empleo presentó detalladamente al secretario de Estado el proyecto de parque temático. Uno de los elementos fundamentales es el cambio de titularidad de los terrenos, que pasarían a manos de la Diputación por un precio simbólico. Iberdrola es la actual propietaria de las 170 hectáreas que ocupa la central en la cala de Basordas (entre Armintza y Bakio) y el Gobierno central tiene una responsabilidad compartida en las instalaciones debido a la moratoria nuclear que se aplicó a Lemoiz.

'El cambio de titularidad se ha hecho en otras centrales. No lo ven extraño', apuntó Sabin Arana, quien aseguró la buena disposición del Ministerio de Economía a la reconversión de la central. 'La sensación es buena', añadió.

Sin compromisos

Sin embargo, no se concretó ningún compromiso en el encuentro entre las tres partes. 'Nos hemos dado un plazo para analizar más en profundidad si se puede seguir adelante o no'. La pretensión es definir una posición para finales de año, aunque no se descartan reuniones entre técnicos en los próximos meses. 'Vamos a analizar las distintas variables'.

Una de las opciones que se maneja es la participación en el proyecto de Iberdrola. La entrada de la empresa, propietaria de los terrenos, facilitaría el traspaso de su titularidad a la Diputación prácticamente sin coste alguno. Si se logra el visto bueno del Gobierno, el cambio de titularidad entraría en un proceso de tramitación administrativa que, según calcula Arana, puede estar resuelto en un plazo de tres o cuatro meses.

La Diputación ha reconocido la complejidad de esta iniciativa, aunque el trabajo discreto realizado en los últimos meses -responsables forales se habían trasladado otras dos veces a Madrid para tratar el asunto con los responsables del Ministerio de Economía- ha permitido aumentar las esperanzas sobre un proyecto que se veía utópico en marzo, cuando se presentó el anteproyecto a las Juntas Generales de Vizcaya.

El plan consiste en recubrir las edificaciones de Lemoiz, que estaban a punto de concluirse cuando se paralizó la central en 1981, con un nuevo edificio diseñado por el escultor Néstor Basterretxea. Se convertiría así en la única central nuclear visitable en el mundo. La elaboración del anteproyecto costó 120.000 euros y el parque temático ofrecería demostraciones de todos los sistemas de generación de energía, un museo de la ciencia y la tecnología, un planetario en la cúpula de uno de los reactores desmontados, oferta de ocio y simuladores espaciales. Además se prevé un parque científico promovido por la Universidad del País Vasco (UPV) y un vivero de empresas. La voluntad del Departamento foral de Empleo es mantener la edificabilidad actual de 55.000 metros cuadrados y se descarta construir hoteles en los alrededores.

Los 72 millones de inversión de la primera fase -se incluye una segunda con 23 millones adicionales de presupuesto- no incluyen la compra de los terrenos, que se espera resolver con su donación a un precio simbólico, ni los accesos a una zona distante 40 minutos en coche desde Bilbao. El proyecto prevé medio millón de visitantes anuales, la creación de 200 puestos de trabajo directos y unos ingresos al año de 10 millones de euros.