Fallece un niño de 13 años al alcanzarle la carcasa de unos fuegos artificiales en Burgos

Un niño de 13 años, Javier Arranz, falleció en la noche del pasado sábado al impactar contra su cara la carcasa de unos fuegos artificiales con los que se celebraban las fiestas locales de Aranda de Duero. La Policía Judicial detuvo ayer al técnico de la empresa Pirotécnica Zaragozana que manipulaba el lanzamiento de los fuegos. El alcalde de Aranda, Luis Briones (PSOE), indicó que ' todo indica que una de las carcasas que tenía que haber ascendido verticalmente se disparó de forma horizontal, a muy poca altura'. El Ayuntamiento declaró tres días de luto.

Javier Arranz se encontraba en el parque La Huerta sentado en el suelo junto a otros niños, cerca de las 23.40 del sábado, cuando la carcasa de un fuego artificial le alcanzó la cara y quedó clavada en su cuello, ocasionándole inmediatamente la muerte. Sus padres, que tienen otros dos hijos menores que el fallecido, se encontraban a escasos metros de él asistiendo también al espectáculo de fuegos artificiales.

Testigos presenciales aseguran que la zona donde se encontraban los dispositivos pirotécnicos no se encontraba delimitada por ninguna valla. El alcalde de Aranda de Duero, Luis Briones, aseguró que el ayuntamiento adoptó todas las medidas de seguridad que requirió la empresa Pirotécnica Zaragozana. 'Estamos destrozados' por lo ocurrido, agregó el alcalde, que consideró la misa celebrada ayer en Aranda por el arzobispo de Burgos, Francisco Gil, como 'un homenaje' al niño fallecido.

La declaración del operario de Piroténica Zaragozana, al que se considera sospechoso de homicidio imprudente, se sumará a las pruebas periciales que realizó la policía durante más de tres horas en el lugar donde murió el niño.

Tras la autopsia practicada ayer al cadáver, el entierro de Javier Arranz está previsto para mañana en el cementerio municipal de San Pedro Regalado.

La junta de portavoces del ayuntamiento de Aranda de Duero acordó ayer en una reunión de urgencia suspender todas los espectáculos de fuegos artificiales, declarar tres días de luto y sustituir la tradicional traca final de las fiestas, prevista para el próximo domingo en la Plaza Mayor, por el disparo de un único y simbólico cohete.

Por su parte, representantes de las peñas de Aranda de Duero decidieron ayer acompañar la procesión del día mayor de las fiestas de La Virgen de Las Viñas sólo con el sonido de las campanas y tambores, mientras el resto de instrumentos musicales permanecía en silencio.

Aunque no se suspendió la corrida de toros de ayer por la tarde, se celebró sin acompañamiento musical y comenzó con un minuto de silencio como homenaje al fallecido y muestra de condolencia hacia la familia de Javier Arranz.