Experimentos para el futuro
Un aperitivo del Salón de París. Renault, Citroën y Peugeot, las marcas anfitrionas del certamen, han adelantado ya los coches-concepto que presentarán en la muestra. Estas innovadoras propuestas cumplen una doble función: sirven de reclamo para atraer a los visitantes y permiten ensayar las tecnologías y la aceptación de algunas soluciones estéticas que podrían aplicarse en los nuevos modelos de los próximos años. Los nuevos sistemas de mandos con funcionamiento eléctrico, la reducción del consumo y las emisiones a través de nuevos motores y energías alternativas, y la aplicación de patrones arquitectónicos inéditos en las carrocerías son algunas de las soluciones que incluyen estos prototipos.
Renault Ellypse
Es el coche-concepto más interesante y aporta muchos avances novedosos. Para empezar monta un pequeño turbodiésel que podría estrenarse en el nuevo Clio (2003). Y con sólo 1.2 litros de cilindrada ofrece 100 CV y gasta 3,2 litros de media. Su carrocería monovolumen no lleva pilar central e incluye unas puertas que se abren como las de un armario y, aparte de mejorar la accesibilidad y el aprovechamiento del espacio, están fabricadas con materiales reciclables. Además, su red eléctrica funciona a 42 voltios, frente a los 12 actuales, lo que permite ampliar el número de accesorios (faros, cierre centralizado) que funcionan con esta fuente de energía e incluir otros como el climatizador...
Citroën C-Airdream
Un ejercicio de diseño espectacular que adelanta cómo podría ser un Citroën cupé de gama alta. La carrocería es muy aerodinámica (CX: 0,28) y presenta una línea elegante y deportiva. Pero lo mejor es que todos los sistemas de mando son eléctricos. Así se eliminan las conexiones mecánicas necesarias hoy día para ahorrar espacio. El volante concentra todos los mandos de conducción, desde los pedales hasta el cambio y los relojes. Y el interior es diáfano y más amplio de lo habitual en los cupés. Además incluye un techo de cristal que aumenta la luminosidad.
Peugeot H2O
Un coche de bomberos tan llamativo como peculiar. Primero, por su tamaño contenido -está desarrollado a partir de un 307-
y después, por su mecánica, que se alimenta con hidrógeno. El prototipo de Peugeot monta las denominadas células de combustible, que actúan como una gran pila, transformando el hidrógeno en electricidad para mover el motor. Pero, a diferencia de las propuestas actuales, que incluyen depósitos de hidrógeno o metanol, el H2O genera el hidrógeno a bordo a partir de una solución acuosa de borohidruro que apenas ocupa espacio. Y no contamina: sólo emite vapor de agua por el escape, como todos los coches de hidrógeno.
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