Querella contra la clínica estética que operó a una mujer que vive en estado vegetativo
La acusación sostiene que los médicos dejaron sola a Milena tras la intervención
Ana Milena Toro estaba sola en la sala de reanimación de la clínica Bruselas cuando sufrió una parada cardiorrespiratoria que dejó su cerebro sin oxígeno durante varios minutos. Esto impidió a los médicos evitar las secuelas, ya que tardaron demasiado tiempo en practicarle las técnicas de reanimación. Esto, que constituye, según la acusación, un 'delito de lesiones por imprudencia profesional', fue lo que ocurrió el pasado 24 de marzo tras la operación de cirugía estética a la que fue sometida Milena, de 29 años. La mujer vive en estado vegetativo desde entonces.
La querella contra la clínica, sita en la avenida de Bruselas, ha sido presentada esta semana por el abogado de la familia, Rafael Martín Bueno. 'El daño sufrido por Milena es absolutamente desproporcionado respecto al tipo de operación a la que fue sometida. Algo tuvo que suceder para que haya quedado con estas secuelas. Este es el objeto de la querella y lo que el juez debe averiguar: qué sucedió y, en su caso, quiénes son los responsables', afirma Martín Bueno.
Según los informes médicos presentados por la acusación, Milena fue operada en la noche del 23 de marzo de una dermolipectomía (corte del tejido y grasa sobrante del abdomen). Terminada la intervención, la mujer pasó a las 23.55 a la sala de reanimación. Despertó de la anestesia y estuvo unos minutos hablando con su marido, según confirmó ayer un portavoz del centro. Sentía un dolor intenso en la zona operada, por lo que los médicos le administraron calmantes.
Casi una hora después, Milena sufrió una parada cardiorrespiratoria. La sangre, y el oxígeno que en ella viaja, dejó de llegar al cerebro. Hasta ahí, la acusación y la clínica están de acuerdo.
Constantes vitales
Ambas partes también coinciden en que, cuando los médicos actuaron, la paciente recuperó sus constantes vitales. Los facultativos estuvieron cuatro minutos aplicándole técnicas de reanimación. Cuando la ambulancia del 061 llegó a la clínica, alertada por los médicos, el corazón de Milena latía 96 veces por minuto y respiraba sin ayuda de ventilación mecánica.
Sin embargo, ambas partes discrepan en el tiempo transcurrido desde que Milena entró en parada cardiorrespiratoria y la actuación de los médicos. Para la familia, pasaron varios minutos, para la clínica fue enseguida. 'Si los médicos hubieran aplicado las técnicas de reanimación enseguida, no habría pasado nada. Cuatro minutos sin respirar no dejan secuelas tan graves', afirma la acusación. La familia cree que en el momento de la parada cardiorrespiratoria los médicos de la clínica estaban haciendo otra cosa, pero no junto a ella, como es obligado. Por esto, continúa la acusación, pasaron varios minutos hasta que los médicos se dieron cuenta de lo que ocurría. Y esos minutos resultaron ser fatales. Pero la clínica afirma que tenía un equipo médico al completo, compuesto por un anestesista, dos cirujanos, un médico y una enfermera, vigilando a Milena. Un portavoz del centro asegura que los médicos 'le practicaron las técnicas de reanimación y medidas para evitar los daños cerebrales'. 'Nuestra clínica tiene un prestigio médico ganado tras años de buen funcionamiento', asegura este portavoz.
La Consejería de Sanidad inspeccionó la Clínica Bruselas poco después de lo ocurrido y comprobó que cumplía la legislación vigente y que contaba con todos los equipos técnicos y humanos para llevar a cabo la operación a la que fue sometida Milena. El centro califica lo sucedido como 'un desgraciado accidente, que puede ocurrir en uno de cada miles de casos', según su portavoz.
'No responde a estímulos'
La familia de Milena informó ayer que ésta 'sigue igual'. 'Ha abierto los ojos, pero no responde a ningún estímulo. Le hablamos y la tocamos todo el día, pero no responde', explicó ayer un portavoz de la familia. 'Ponemos a su bebé en su regazo a ver si reacciona, pero nunca ha hecho el más mínimo movimiento o pestañeo', añade. Aparte de sus secuelas cerebrales, el resto del cuerpo de Milena mantiene un buen estado de salud.
Milena está casada y tiene dos hijos: una niña de 10 años y un niño que el pasado día 7 cumplió un año. Fue precisamente tras este parto cuando Milena decidió someterse a la operación de cirugía estética a fin de recuperar su figura. Los ingresos de la familia provienen del locutorio telefónico que tiene en Fuenlabrada, donde vive y adonde fue trasladada Milena al salir del hospital.
El caso de Milena se produjo dos meses después de que Débora Catalán, bisnieta del célebre pensador Ramón Menéndez Pidal, muriera en una clínica clandestina de la calle de Maldonado tras ser sometida por el cirujano Gerardo Raúl Senderowicz a una reducción de los muslos. La Asociación de Víctimas de negligencia Sanitarias (Avinesa) ha denunciado ambos casos.
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