El Gobierno cifra en 26.500 millones la inversión necesaria en energía hasta 2011

El Consejo de Ministros aprobó ayer el documento de Planificación de los Sectores de Electricidad y Gas 2002-2011, que prevé una inversión global de 26.500 millones de euros en el sector energético (gas y electricidad) en los próximos 10 años. Con dicha inversión, que en sus tres cuartas partes (18.500 millones) dependerá de las decisiones que adopten las empresas privadas, se prevé satisfacer un crecimiento de la demanda eléctrica del 3,7% anual, apostar por el gas natural e incentivar las energías renovables. El Plan se revisará parcialmente cada dos años y en conjunto cada cuatro.

De los 26.500 millones de inversión global, el Gobierno sólo puede decidir sobre el destino de 8.000 millones. Son los que corresponden a las actividades de transporte de electricidad y de gas que llevan a cabo Red Eléctrica y Enagas. De esta forma, 2.700 millones se destinarán a la mejora de la red de transporte de electricidad (líneas y transformadores) y 5.300 millones a nuevos gasoductos y a nuevas plantas de regasificación como las previstas en Sagunto, Ferrol y Bilbao, que se unirán a las que ya están en funcionamiento: Barcelona, Cartagena y Huelva.

El resto de la inversión, alrededor de 18.500 millones de euros, dependerá de las decisiones que tomen las empresas privadas del sector energético. Según explicó ayer el ministro de Economía, Rodrigo Rato, al término del Consejo de Ministros, el Ejecutivo, a la vista de los permisos de instalaciones de nuevas instalaciones ya solicitados (más de 30.000 megavatios de potencia), cree que con un cálculo 'conservador' se puede adelantar que las empresas privadas invertirán 6.500 millones de euros en nuevas centrales eléctricas de ciclo combinado (que emplean gas natural para funcionar) y 12.000 millones de euros en energías renovables. Esas inversiones aumentarán la potencia eléctrica instalada en 14.800 megavatios y en 14.000 megavatios la producción de instalaciones de energías renovables.

Cambios

El plan, construido sobre una hipótesis de crecimiento económico anual del 3% y un crecimiento de la demanda eléctrica del 3,7%, cambiará la estructura de la producción energética en España. En 10 años, el peso del carbón pasará del 17,3% actual al 8,2%; el petróleo del 51,7% al 47,6% y la energía nuclear, con todas las centrales excepto Zorita en funcionamiento, del 13% al 9,5%. Por el contrario, el Ejecutivo prevé un aumento espectacular de la producción energética basada en el gas natural, que pasará del 12,2% actual al 22,5% en 2011 y de las energías renovables, que pasarán del 5,6% al 12%.

El gas natural se extenderá durante los próximos años a todas las comunidades autónomas y a todas las capitales de provincia y se aumentarán las interconexiones gasistas con Europa, de tal forma que la dependencia de las conexiones con Marruecos bajará del 80% actual al 50%.

El documento aprobado ayer, que ahora volverá al Parlamento para que los grupos políticos fijen su posición, ha contado, según dijo ayer Rato, con las aportaciones de todos los sectores interesados. El Gobierno no ha tenido en cuenta, explicó el ministro, la petición 'del PSOE y de las empresas' para incluir en el plan una 'cobertura obligatoria' de la demanda con la capacidad instalada. La propuesta se ha rechazado, según Rato, porque el Gobierno 'no va a garantizar la rentabilidad de ninguna inversión' de las empresas privadas. Organizaciones ecologistas criticaron ayer el plan por considerar que vulnerará los principios para reducir la contaminación del Protocolo de Kioto. Por su parte, la asociación de empresas eléctricas, Unesa, mostró su satisfacción porque el plan refleja el esfuerzo inversor que tendrán que realizar en los próximos años.