Haider retoma el mando de su partido ante la campaña electoral

Tras la disolución del Gobierno derechista-conservador el pasado lunes, Austria se ha lanzado ya a una campaña electoral que promete ser muy tensa. El ultranacionalista Jörg Haider, responsable del descalabro de la coalición entre su Partido Liberal (FPÖ) y el democristiano Partido Popular (ÖVP), ha vuelto a asumir oficialmente el mando del partido tras la caída de su antigua líder y vicecanciller, Susanne Riess-Passer.

Pero el autoritario líder, que con el 27% de votos llevó la ultraderecha a compartir el poder en febrero de 2000, no encabezará la lista del FPÖ en las próximas elecciones anticipadas, previstas para finales de noviembre. De candidato ha colocado a un viejo admirador suyo: el actual ministro de Asuntos Sociales, Herbert Haupt, de muchas tablas en el partido, que se ve a sí mismo como un 'traductor y aclarador de las ideas de Haider', ideas que, según su opinión, 'se adelantan a las de la mayoría de la gente'.

Sin abandonar el cargo de gobernador regional de Carintia, Haider ha reasumido la presidencia del partido reclamando el retorno a un estilo más radical. Con argumentos antieuropeístas -como la amenaza de vetar el ingreso de la República Checa a la UE si no desconecta su central atómica de Temelin-, los derechistas quieren atraer más del 20% de los votos -los sondeos le dan ahora el 16%- para reanudar la coalición con los conservadores. El canciller y jefe del ÖVP, Wolfgang Schüssel, aseguró que 'sería absurdo marginar al FPÖ y a sus votantes' y se preguntó por qué ahora no comparece Haider como candidato, dado que resultaría 'más honesto', después de haber sido 'él quien puso fin a una alianza de Gobierno exitosa'. Según el semanario Format, el 31% de los austriacos simpatiza con el ÖVP (hace dos años lo votó el 27%) , mientras que los socialdemócratas (SPÖ) cuentan con un 36%, y los Verdes con el 14%.