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Rusia expulsa a otros dos sacerdotes católicos sin dar explicaciones al Vaticano

Rusia expulsó ayer a otros dos sacerdotes católicos - con lo que suman cinco en los últimos meses-, provocando con ello nuevas tensiones con el Vaticano, que calificó el hecho de 'persecución'. Uno de los curas deportados esta vez es el polaco Jaroslaw Wisniewski, quien fue detenido el lunes por agentes del Servicio de Guardafronteras a su llegada al aeropuerto de Jabárovsk, en el Extremo Oriente ruso.

'Jaroslaw Wisniewski ha sido deportado de nuestro país, ya que figura en la lista de personas que tiene prohibida la entrada en Rusia', explicó ayer un portavoz del Servicio de Guardafronteras del directorio regional del Extremo Oriente. La Comisión de Relaciones con las Organizaciones Religiosas de la provincia de Jabárovsk considera que el intento de Wisniewski de entrar en Rusia es una simple provocación, ya que él sabía perfectamente que su visa estaba anulada.Wisniewski fue deportado a Nagoya, la ciudad japonesa desde donde había llegado a Jabárovsk. El sacerdote polaco servía últimamente en las parroquias de la provincia de Sajalín y en Jabárovsk lo había hecho antes por espacio de casi medio año.

Pocas horas después de la deportación de Wisniewski, las autoridades prohibieron la entrada al sacerdote Eduard Mackievicz, también polaco. Éste era párroco de la feligresía de la Santa Cena de Rostov del Don, al sur de Rusia, retornaba al país desde Polonia a través de Bielorrusia y tenía un visado vigente hasta el próximo diciembre. Un oficial de la guardia de fronteras le comunicó que su parroquía 'había sido suspendida y el templo cerrado'.

'Se trata de un hecho tan grave, que ya algunos hablan de una verdadera persecusión' contra la Iglesia Católica, declaró ayer Joaquín Navarro Valls, portavoz del Vaticano. 'Más grave todavía' es que la Santa Sede 'no haya recibido explicaciones oficiales sobre los motivos que subyacen para esta expulsión', agregó Navarro. Rusia, como cualquier otro Estado, puede denegar un visado de entrada a cualquier persona sin tener que dar explicaciones de ninguna clase, comentó ayer la agencia oficial Itar-Tass, que refleja la postura del Kremlin. 'De acuerdo con la práctica internacional, Moscú no está obligada a dar los motivos de la denegación', dijeron a Itar-Tass expertos anónimos.

El mes pasado, Rusia se negó a prorrogar el visado del sacerdote Stanislav Krajniak, y en abril fueron expulsados el cura italiano Stefano Caprio y el obispo polaco Jerzy Mazur. En ninguna de esas ocasiones Moscú dio explicaciones oficiales, aunque sí se insinuó que los sacerdotes podían ser sospechosos de espionaje.

Las verdaderas razones, sin embargo, hay que buscarlas en la actitud hostil de la Iglesia Ortodoxa Rusa hacia los católicos. Esa postura se debe a que los ortodoxos rusos creen que el Vaticano está haciendo 'proselitismo' en un territorio que históricamente no es el suyo.

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