9.000 gibraltareños se movilizan contra un pacto hispano-británico

Peter Caruana, ministro principal de la colonia, convirtió ayer el Día de Gibraltar en un anticipo del referéndum que ha convocado para el 7 de noviembre y en el que, presumiblemente, los llanitos rechazarán por amplia mayoría el plan que negocian España y el Reino Unido para compartir la soberanía del Peñón. 'España nos he hecho un regalo con su reacción a la crisis de Perejil', afirmó.

Hasta el mendigo a la entrada de la gran plaza Casemates colocó en el cesto de las limosnas la bandera rojiblanca otorgada a los gibraltareños por Isabel la Católica. Ataviados con los mismos colores, unos 9.000 llanitos, casi un tercio de los habitantes de la Roca, se concentraron en la explanada para ovacionar a Caruana y silbar al primer ministro británico, Tony Blair.

Algunos jóvenes llevaron el patriotismo hasta teñirse el pelo, mitad de rojo mitad de blanco, y varias familias cubrieron a sus perros, pese al calor, con unas mantitas de los mismos colores. Jóvenes y adultos entonaron al unísono, y en castellano, una canción patriótica que reza: 'Quiero vivir junto a ti gran Peñón'.

'No tienen derecho a negociar contra nuestra voluntad', espetó Caruana desde la tribuna, con el ambiente ya caldeado. 'Gibraltar pertenece sólo a sus habitantes', añadió. 'Sólo ellos pueden decidir su futuro'. Desde hace algo más de un año, Londres y Madrid negocian un acuerdo para compartir la soberanía, aunque el Gobierno británico ha dejado claro que no entrará en vigor sin la aceptación previa de los casi 30.000 llanitos.

La soberanía compartida es un concepto 'erróneo, inaplicable y peligroso', dijo Caruana. Para hacer fracasar las conversaciones hispano-británicas, el ministro principal ha convocado un referéndum, anticipándose así al que el Gobierno británico proyecta organizar tras cerrar el acuerdo con España y explicar a los llanitos su contenido.

Caruana no arremetió en público contra España pero sí lo hicieron, en cambio, varios de los nueve diputados británicos que viajaron a la colonia para manifestar su solidaridad. Cuatro de ellos eran laboristas y no se inmutaron cuando la muchedumbre abucheó el nombre de Tony Blair, o el del secretario del Foreign Office, Jack Straw.

'Observad la hipocresía de Madrid' que exige derechos al Reino Unido, a propósito de Gibraltar, y 'no reconoce ninguno a Marruecos' en Ceuta y Melilla, denunció Lindsay Hoyce, diputada laborista, cosechando cerrados aplausos. 'Si tuviesen libertad de voto, el 90% de los diputados laboristas estaría contra el acuerdo', comentó después el ministro principal.

De su lado, la ex primera ministra británica Margaret Thatcher publicó ayer una carta en el diario local Gibraltar Chronicle en la que elogia la labor de los conservadores británicos para 'ahondar' los vínculos de la colonia con el Reino Unido.

'España nos ha hecho un magnífico regalo' con su reacción en la crisis de Perejil, en julio pasado, dijo más tarde Caruana en un almuerzo con periodistas. 'Incluso los observadores más avezados no logran entender' por qué Madrid 'aplica un rasero diferente' al Peñón que a Ceuta y Melilla.

¿Son ambos enclaves colonias españolas en territorio marroquí?, se le preguntó. 'Sí', respondió sin titubeos el ministro principal. El Gobierno español alega que Gibraltar es una colonia -goza de ese estatuto desde 1830- pero las ciudades autónomas no lo son porque la presencia española se remonta a tiempos en los que no existía el Reino de Marruecos y forman plenamente parte del entramado institucional de España.

La jefa de la diplomacia española, Ana Palacio, que no se ha reunido todavía con su homólogo británico para continuar el diálogo sobre el Peñón, considera que el referéndum convocado por Caruana es 'ilegal'. Jack Straw lo calificó de 'excéntrico', pero ayer su ministerio se limitó a señalar que los gibraltareños podían celebrar su día festivo como mejor les pareciera.