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Francia y España lideran los frentes contra la política pesquera y agrícola de Bruselas

Los dos gobiernos abren una 'ofensiva diplomática' contra el proyecto de la UE

Carlos Yárnoz

Los gobiernos español y francés, unidos ya por su contundente oposición al proyecto de reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la Comisión Europea, anunciaron ayer su decisión de promover y encabezar el frente de países que se opone con no menor contundencia a la reforma de la Política Pesquera Común (PPC). El ministro español de Agricultura, Miguel Arias Cañete, declaró que Madrid y París han abierto una 'ofensiva diplomática', mientras el ministro francés, Hervé Gaymard, afirmó que intentará bloquear el proyecto si Bruselas lo mantiene en sus actuales términos.

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'Trabajamos en íntima colaboración con el Gobierno francés', comentó en Nyborg (Dinamarca) el ministro español, mientras el francés Gaymard añadía que piensa sumar a favor de España a suficientes países como para poder bloquear en el futuro la propuesta si el Ejecutivo comunitario la mantiene en sus términos actuales. Y eso es precisamente lo que le respondió sólo unos minutos después el comisario de Agricultura, el austriaco Franz Fischler, quien se mostró dispuesto a debatir y buscar 'fórmulas de aproximación, pero sin perder el fondo de la reforma'.

El proyecto de reforma de la Comisión prevé para los próximos años una inversión de 712 millones de euros para la Política Pesquera Común, pero 272 tendrían que ser dedicados al desguace de barcos, lo que supondrá una pérdida en la UE de 8.600 buques y de 28.000 empleos. A España, según cálculos oficiales en Madrid, le correspondería desguazar alrededor de 1.700 buques y enviar al paro a miles de pescadores. 'Francia y España ya hemos puesto en común nuestras ideas y ahora haremos esa ofensiva diplomática con quienes opinan lo mismo'.

El pacto del que ayer hablaron abiertamente ambos ministros comenzó a fraguarse a mediados, el 15 de julio, durante una cena en Bruselas entre Cañete y Gaymard. Ahora se han dado cita para el próximo día 13 en Lisboa los directores generales de Pesca de ambos gobiernos junto con los del grupo denominado Amigos de la Pesca, integrado, además de España y Francia, por Grecia, Italia y Portugal, a los que también se ha sumado Irlanda.

A la vez, Cañete y Gaymard difundirán artículos de prensa firmados por ambos, el español recibirá en breve en Madrid a su colega italiano, Giovanni Alemanno, y Fischler visitará también España a comienzos de octubre. Como iniciativa más importante, todos ellos quieren presentar 'un documento de contrarreforma', una alternativa a Fischler, en octubre o noviembre.

El enfrentamiento de la Comisión es ya tan obvio que pocos confían en un acuerdo pacífico. 'Será muy difícil llegar a un acuerdo', aseguró el ministro portugués, Armando Sevinate Pinto. 'Pero necesariamente tendremos que llegar a una solución de compromiso', precisó Gaymard. Con el Ejecutivo comunitario se alinean los llamados Amigos de los Peces que, como Alemania, Holanda o Suecia, no sólo dicen proteger los recursos pesqueros, sino que también quieren rebajar en el futuro la elevada factura pesquera comunitaria. 'Es imposible ser amigo de la pesca si al final no hay peces', argumenta un estrecho colaborador de Fischler.

A España y Francia, no obstante, se le puede abrir en breve un segundo frente en el mismo sector. Puesto que la reforma de Fischler no afecta al Mediterráneo, el comisario anunció ayer en una reunión con los ministros europeos del área que el año que viene también quiere presentar un plan global pesquero para ese mar, lo que implicará complejos acuerdos con los países del norte de África. Fuentes próximas al comisario ya apuntaron por dónde pueden ir los tiros: 'No hay estudios científicos sobre los recursos en el Mediterráneo, pero en todo caso deben ser ya muy escasos y encima se capturan peces muy pequeños'. Por tanto, es de esperar una política muy restrictiva al respecto que supondrá menos barcos faenando y más zonas prohibidas a la pesca.

Si el enfrentamiento es duro en el área de la pesca, no lo es menos al tratar la reforma de la PAC, que prevé una rebaja del 20% en las ayudas agrícolas (43.000 millones de euros el año pasado) y desvincular las mismas de la producción a cambio de favorecer con fondos comunitarios el desarrollo rural. Los bandos prácticamente se repiten. Aprovechando la cita del Consejo de Ministros de Agricultura en Nyborg, los partidarios de una reforma en profundidad de la PAC, como la ministra alemana, la verde Renate Künast, llegaron a culpar a la política agraria no sólo de la agricultura intensiva, sino incluso de que haya muchos gordos en Europa.

'Se puede reformar la PAC, pero no revolucionarla ni deslegitimarla', señaló Cañete. 'Ahora resulta que la PAC es culpable de las vacas locas y de todos los males alimentarios de la UE', comentó Gaymar. En el terreno positivo, dos datos. Por un lado, el ministro holandés, Cornelis Pieter Veerman, aseguró a sus colegas de los países candidatos a la UE, presentes en Nyborg, que no seguirá bloqueando las ayudas agrícolas propuestas por la Comisión para los aspirantes si Berlín hace lo propio tras las elecciones alemanas. Cañete, por su parte, confió en que este mismo mes se levante el bloqueo impuesto hace tres meses a las exportaciones de naranjas clementinas a EE UU una vez que inspectores de Washington están comprobando en Murcia, Andalucía y Valencia el nivel de los controles españoles.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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