Impunidad al volante
La ley permite que un conductor ebrio, sin carné ni seguro y que causa heridos siga en la calle
El conductor que destrozó el coche de Ruth Sánchez, madrileña de 20 años, era un cuadro: no llevaba carné de conducir, no tenía seguro obligatorio en el vehículo y apenas aguantaba en pie mientras el alcoholímetro en el que sopló marcaba 0,78 miligramos de alcohol, más del doble del límite. Se saltó un semáforo en el barrio madrileño de Canillejas y giró por dirección contraria antes de estamparse contra el Renault Clio de Ruth, en el que viajaban también tres amigas suyas que iban a salir de viaje y acabaron en el hospital. María José López tiene una pierna rota y Vanessa López, su hermana, aún tiene la marca del cinturón de seguridad y ha sido operada de una lesión interna. A Ruth la salvó el airbag.
Unos 700.000 vehículos circulan sin seguro. El año pasado causaron 40.600 accidentes
El precio medio de un seguro de coche es 410 euros. La multa por no tenerlo, unos 30 euros
'Estábamos allí, con toda la escena del accidente, con el Samur, el borracho que se quería ir y los vecinos que lo sujetaban... Y el policía municipal comentó: 'A éste seguro que al final no le va a pasar nada', recuerda Ruth. Al cabo de dos días, declarando en comisaría, Ruth no salía de su asombro: 'El Consorcio de Seguros pagará por el coche, pero este tipo...', decía el policía moviendo la cabeza. Los agentes saben lo que suele ocurrir en estos casos.
El responsable, Juan Manuel A. G., debería pagar una multa de 302 euros por conducir sin carné, aunque se declaró insolvente ante los agentes de la Policía Municipal. La reparación del coche de Ruth costaba 950.000 pesetas, pero, al no tener seguro, no le repercutirá al causante. Por conducir sin póliza, lo normal es que un juez le condene a una multa de unos treinta euros; y por ir borracho, la conducción temeraria y las lesiones de las chicas debería ir a la cárcel entre seis meses y dos años, aparte de indemnizarlas. Le será sencillo evitar el juicio, porque el domicilio que aportó está a 600 kilómetros del accidente. Como intuía el agente de atestados, previsiblemente no llegará a estar frente al juez. Tras el papeleo, con la multa puesta y las denuncias en curso, esa noche salió de declarar en comisaría para no volver.
El propio director general de Tráfico, Carlos Muñoz Repiso, propuso el año pasado una reforma del Código Penal para endurecer el castigo por conducir ebrio. Muñoz Repiso trataba así de acabar con las 'penas suaves' que imponen los jueces, y reconocía que muchos de estos casos acaban en sobreseimiento.
'Por supuesto que es escandaloso que esta gente acabe en la calle sin más', afirma Miguel Muñoz, presidente del Instituto Mapfre de Seguridad Vial y ex director general de Tráfico. 'Lo lógico es que sea procesado y se le impongan las máximas sanciones'. Muñoz reconoce ese 'ambiente de impunidad' y pone como ejemplo la despenalización de conducir sin carné, en 1983. La sanción penal se cambió por una multa, lo que asegura un cobro más rápido, 'pero en los siguientes cinco años, los accidentes de conductores sin carné crecieron un 12% y los accidentes provocados por conductores sin carné se multiplicaron por 11'.
'Sin embargo', matiza Muñoz, 'la sociedad en pleno tiene que tomarse en serio este tipo de situaciones. ¿De verdad hay un reproche social en España a este tipo de actitudes? Yo no quiero ofender, pero creo que hay mucha hipocresía. ¿Cuántos padres enseñan a sus hijos a conducir por su cuenta? ¿Cuántas veces se coge el coche de un amigo en el que no estamos asegurados? ¿Cuántas veces conducimos creyendo que el alcohol no nos influye? Hay que darse cuenta de que no hay presión social para acabar con ese contexto de impunidad. Éste es un país donde declaramos que el accidente ha sido culpa nuestra porque el otro no tiene seguro. Así no se puede exigir contundencia a los jueces ni leyes más duras'.
El caso es que Ruth Sánchez se había gastado 160.000 pesetas en sacarse el carné para poder conducir. Pagaba 437,39 euros de seguro al año para cubrir su responsabilidad en accidentes. Juan Manuel A. G. sólo presentó a la policía su DNI y un contrato de compra del coche, un Talbot Horizon de 17 años, por 30.000 pesetas. Sentada en la acera, tenía que aguantarle mientras le gritaba: '¡Tú has tenido la culpa, niñata!'.
El verano pasado, la Dirección General de Tráfico publicó que el 3% de los vehículos, 700.000, circulan sin seguro. La policía local de Badajoz decidió hacer la prueba. Estableció 415 controles por la capital extremeña y se encontró con 11 sin seguro, exactamente el 3%.
Según los datos del Consorcio de Compensación de Seguros, la entidad pública que se hace cargo de las indemnizaciones en caso de que un conductor carezca de póliza, los accidentes de este tipo aumentaron un 70% de 2000 a 2001. Alejandro Izuzquiza, director de Operaciones del Consorcio, explica que durante la década de los noventa 'se atendían entre 12.000 y 14.000 indemnizaciones al año de accidentes provocados por conductores sin seguro'. Pero en 1999 se disparó a 17.600 casos y en 2000 hubo 23.350. El año pasado se llegó a 40.600 accidentes, que costaron 80,7 millones de euros. El dinero sale de un porcentaje de las cuotas de los que sí pagan seguro. 'Este año podemos acabar con 50.000', añade Izuzquiza, para quien 'la tendencia aumenta de forma clara'.
Circular sin seguro también va a ser borrado del Código Penal para pasar a una multa administrativa de un mínimo de 600 euros. Se tratará de evitar que los jueces pongan multas inferiores a esta cantidad y agilizar el pago de la multa. 'Las sentencias se mueven siempre en el mínimo', se queja Ventura Hernando, subdirector de Normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT). Es habitual que las multas no superen los 30 euros. La prima media de seguros de automóviles en España es de 410 euros.
Ángeles Miguel, abogada del Real Automóvil Club de España (RACE), opina que, aunque se dan situaciones como la descrita, 'sí se paga conducir sin permiso o sin seguro'. 'Hace poco', cuenta, 'tuvimos a un chico que conducía sin carné un coche asegurado a nombre de un familiar. Tuvo un accidente y una persona murió. Ese chico se ha arruinado la vida. Por una imprudencia se pasará el resto de su vida con parte del sueldo embargado por la compañía de seguros, que adelantó el dinero'. La abogada concluye que 'la mayoría de la gente que infringe la norma lo hace por dificultad económica o de otro tipo. Si alguien se aprovecha de la legislación, hay que ser implacable. Pero lo principal es favorecer que la gente se acoja a la legalidad'.
'Y al final ¿quién va a pagar por esto?', se pregunta Julio Sánchez, el padre de Ruth. Por el coche, valorado en casi un millón de pesetas, el Consorcio le dará 650.000. Por el resto no pagará nadie. 'Si lo sé, por lo menos le parto la cara en el momento'.
Con información de Rosa Townsend, en Miami; Joaquín Prieto, en París, y Sandra Ellegiers, en Berlín.
Castigos contundentes en otros países
'España es el único país civilizado en el que un conductor borracho no va directamente a la cárcel', afirma Miguel Muñoz, presidente de la Fundación Mapfre. Una comparación con varios países da una idea de la 'impunidad' española: - En Estados Unidos está considerado 'delito grave' provocar un accidente conduciendo ebrio si una o más personas resultan heridas de gravedad. La correspondiente pena de cárcel varía según los Estados. En Florida, por ejemplo, conlleva un máximo de cinco años de cárcel, una multa de 5.000 dólares y la retirada del carné de conducir por un mínimo de tres años. Si además el conductor no lleva licencia ni está asegurado, aumentará la condena, explica el portavoz del tribunal de distrito de Miami. Lo mismo ocurre si la persona ha dado positivo por alcohol. A pesar de disparidad de criterio de los jueces, difícilmente alguien se ha librado de pasar una larga temporada entre rejas. - En Francia, conducir sin seguro conlleva multas de hasta 1.500 euros y un mes de prisión; hacerlo sin permiso supone multas más fuertes y hasta dos años de cárcel. Conducir borracho tiene consecuencias diferentes según la tasa de alcohol: más de 0,5 de alcoholemia implica multa de 800 euros y hasta tres años de retirada del carné de conducir, mientras que rebasar 0,8 gramos de alcohol por litro de sangre está penado hasta con dos años de cárcel -cuatro si se trata de reincidentes-, multas mucho más fuertes y cinco años de retirada del permiso de conducir. Los jueces tienen margen para decidir si el condenado entra o no en prisión y el tiempo que se queda sin carné, en función de las heridas o muertes que haya provocado.Los tribunales franceses juzgan unos 200.000 litigios por accidentes de tráfico cada año. El número de condenas por conducir borracho se sitúa en torno a las 100.000 por año. - En Alemania, es delito conducir sin tener permiso o con una tasa de alcoholemia superior al 0,5. El conductor sin carné es castigado hasta con un año de cárcel o una multa. El consumo de alcohol, independientemente de la cantidad, puede ser penalizado con hasta cinco años de prisión si el conductor ha puesto en peligro la vida de otras personas. Esto no implica, según informaciones del Tribunal Federal Supremo, que 'tenga que haber heridos en un accidente'. 'Basta con probar la posibilidad del peligro', sostiene un portavoz. En caso de provocar graves heridas o la muerte de una persona, las leyes alemanas prevén una demanda por lesión corporal o por homicidio por imprudencia y la pena podría ser incluso superior.
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