Buena leche
Al menos se dieron unos pasitos, con sonrisas forzadas, pero se dieron. Es de esperar que la señora Martínez, al ver las caras de Chaves y Arenas, haya entrado en trance. Tanto buscar palabras malsonantes, recurrir al ideológico de los insultos y chabacanería y llega su jefe natural, el campeón Arenas, y le deja la cara de palo. Como mínimo, hay calendario y promesas que en principio parecen serias. Y capacidad de diálogo. Ahora, deben cerrar la boca quienes, un día sí y otro también, acusaron a Chaves y a su Gobierno de favorecer la confrontación con Madrid como rédito político.
No es tiempo para malas caras. Andalucía exige lo que le corresponde y han certificado los tribunales. Y también las políticas activas de empleo y el resto de las 14 transferencias pendientes. Pero me juego las pestañas de que algunas no llegarán hasta después de las elecciones municipales y, si me apuran, de las autonómicas. Son aquellas que mueven millones de euros para proyectos, reales o futuribles, o sea, las confederaciones hidrográficas.
Porque, vamos a ver: qué haría el PP sin José Antonio Villegas manejando los generosos fondos de la Confederación del Sur, o inventándose, no él, claro, porque lo suyo es pagar y callar, aquellos mastodónticos proyectos que pusiera en bandeja, para mayor sonrojo y gloria de la candidata Celia Villalobos. A Villegas hay que levantarle un monumento en el reseco lecho del Guadalmedina o al menos dedicarle una calle. Cuenten con mi voto si fuera preciso, pero los euros que los ponga Villegas, que le sobran.
Pero del curso político que se abre quiero quedarme con lo mejor, como es el proyecto de Calidad con Arte que presentó Manuel Chaves para recuperar y dar vida social y cultural al casco histórico de Málaga, pero sobre todo con la imagen de la joven, con el pecho fuera, cogido en pinza el pezón rosado y unos labios en carita negra chupando esperanza y vida. Todavía estamos vivos, hay sentimientos pese a algún nazi suelto que pretende solucionar el problema de la inmigración expulsando a las embarazadas y a las madres que parieron sus hijos en nuestra tierra.
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