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Reportaje:

Entre el anonimato y el grupo

Lionel Bayol reflexiona en su exposición en Vitoria sobre la identidad del ser humano

Son imágenes que podrían pasar inadvertidas al primer vistazo. Son fotografías en blanco y negro casi transparente, pero que dejan su poso en el espectador. El fotógrafo francés Lionel Bayol Thémines (Castelsarrasin, 1968) reflexiona sobre la identidad humana y el anonimato en una muestra que se inaugura hoy en el Archivo del Territorio Histórico de Álava, donde permanecerán hasta el próximo 5 de octubre. Se ofrecen obras de cuatro series tituladas Nucas, Cojines, Colosos y Piernas. El catálogo incluye una selección de la quinta que completa el trabajo del autor: Flores.

Lionel Bayol retrata al ser humano, desde su desaparición en la masa hasta el nacimiento de una nueva persona. Para reflejar lo primero, ha eludido ese rostro que lo mismo sirve para identificarle en un pasaporte que en las páginas de cualquier revista del corazón.

La serie más explícita quizás sea Nucas, formada por imágenes en las que aparece el reverso de esa cara que identifica a cada uno. Pero hasta ahí se ve la identidad de la persona, de ese número que los regímenes totalitarios adosan a la espalda de cada ser humano.

Las imágenes de los cojines son quizás las más explícitas en esta reivindicación de la Humanidad. Bayol Thémines hace referencia a aquellos que fabricaron los nazis con los pelos de los asesinados en los campos de concentración. 'Eso sí, las referencias son al genocidio más cercano, pero yo las vinculo a todas las barbaridades que el hombre ha cometido contra sí mismo a lo largo de su historia', explicó ayer el fotógrafo francés, quien expone en Vitoria después de participar en la Primavera Fotográfica de Barcelona.

'Es sabido que los nazis emplearon distintas partes del cuerpo de sus prisioneros para elaborar artículos de lujo o complementos. Pero el cojín es donde reposamos nuestro cerebro cuando descansamos; y en este caso en contacto con la memoria de las víctimas del genocidio', aclaro explicitamente el autor francés.

El juego entre la identidad y el anonimato también se mantiene en la serie Piernas, tres grandes imágenes que sugieren un bosque, en el que se resalta la fragilidad de quien no tiene nombre.

Y para concluir, las imágenes de Colosos, mujeres embarazadas fotografiadas desde los pies, con una perspectiva en la que ofrecen toda la imagen de la maternidad. Son el contrapunto a la desaparición de la identidad del resto de las series. Con estas imágenes llega la continuidad de la vida, el renacimiento, más allá de la muerte y el olvido.

Todas las instantáneas, en blanco y negro, han tenido un tratamiento pictórico en el negativo y una escasa exposición a la luz en el positivado. Bayol ha jugado con el uso del pastel para ofrecer una dulzura allí donde sólo había austeridad. El resultado es una fotografía poética, sutil, sugerente, que, intencionadamente, vincula la desaparición del individuo y su cosificación con el nacimiento de un nuevo ser.

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