'La baja fecundidad ha permitido reducir las tasas de paro'

Javier San Vicente (Bilbao, 1963) es sociólogo y responsable de proyecciones del Eustat. El lunes, impartió una conferencia sobre las claves demográficas de la comunidad autónoma, dentro de los Cursos de Verano de la UPV.

Pregunta. ¿Qué claves definen la situación demográfica de Euskadi?

Respuesta. Somos una comunidad que se caracteriza por una muy baja fecundidad, 0,9 hijos por mujer -para el reemplazo generacional serían necesarios 2,1-, por una muy alta esperanza de vida y por unos movimientos migratorios que en estos momentos tienden a cero. Es la tónica del mundo desarrollado, pero quizá aquí los índices son aún más extremos. Las mujeres vascas gozan de una de las más altas esperanzas de vida del mundo, de 82,4 años. La de los hombres es de 74,2.

P. ¿A qué se debe?

R. A un conjunto de factores, de la dieta al clima y sobre todo, al sistema sanitario.

P. ¿Hasta qué punto es preocupante la baja fecundidad?

R. Todo el mundo teme que, de mantenerse esta tendencia, el sistema de pensiones pueda tambalearse y ya se están tomando medidas. Pero también hay que decir que la baja fecundidad ha permitido aliviar la presión demográfica sobre el mercado de trabajo, lo que ha hecho descender las tasas de paro.

P. ¿Qué se puede hacer ante esta situación?

R. La demografía influye en infinitos aspectos: el sistema sanitario, el educativo, la vivienda, las pautas de consumo, el ahorro, la fiscalidad... Se necesita un esfuerzo de actuación. Hay que estar constantemente atentos a cómo evoluciona la población para establecer las medidas oportunas, de tal manera que la adaptación se haga sin traumas.

P. La inmigración es un factor clave para responder a las demandas del mercado de trabajo. ¿Cómo está Euskadi en este terreno en comparación con otras comunidades?

R. Se ha vivido en los últimos diez años un incremento del número de migraciones extranjeras, pero cuantitativamente en una medida inferior a la de comunidades como Andalucía, Valencia, Madrid o Cataluña. Y aunque también es cierto que cada vez vienen más personas del Tercer Mundo, proporcionalmente vienen muchos más europeos y suramericanos.