La Diputación, Iberdrola y el Gobierno central decidirán este mes si se reconvierte Lemoiz

El proyecto para reconvertir la paralizada central nuclear de Lemoiz en un parque temático entra este mes en una fase decisiva. Para dentro de dos semanas está prevista en Madrid una reunión entre la Diputación de Vizcaya -impulsora del plan-, la empresa Iberdrola, propietaria de los terrenos y el Gobierno central, que también tiene competencias. En la reunión, el secretario de Estado de Economía tendrá que dar o no el visto bueno a un plan que ya es apoyado por Iberdrola. Se trata de crear una Ciudad de la Ciencia con una inversión de 72 millones de euros.

Desde que el diputado vizcaíno de Empleo y Formación, Sabin Arana (EA), presentase en marzo el proyecto, el trabajo ha proseguido con discreción. La Diputación ha mantenido varias reuniones con Iberdrola y se ha desplazado en dos ocasiones a Madrid para tratar el asunto con los responsables del Ministerio de Economía.

Hoy día, según asegura el diputado foral, 'la sensación es buena', puesto que Iberdrola apoya la iniciativa y el ministerio también ha mostrado su inicial predisposición. Para que el proyecto siga adelante, la empresa eléctrica tiene que emitir un informe favorable, que luego debe ser refrendado por el Gobierno central a través de un real decreto, en el que se incluiría el cambio de titularidad de los terrenos. La nueva dueña sería la Diputación. 'Iberdrola podía haber trasladado ya el informe favorable, pero no lo ha hecho puesto que hemos preferido estar antes con el secretario de Estado', añade Arana en declaraciones a este periódico.

Esta reunión se celebrará dentro de dos semanas y el diputado vizcaíno la considera clave para impulsar definitivamente la reconversión de Lemoiz, paralizada desde 1981.

Compra simbólica

La idea de la Diputación es recibir los terrenos por un precio simbólico. 'En ese trabajo administrativo estamos. La transmisión incluye algunos pasivos, como vertederos existentes que hay que acondicionar'. Aunque la creación de un parque temático dedicado a la energía, la ciencia, la tecnología y el medio ambiente requiere una inversión de 72 millones de euros, Sabin Arana cree que la financiación 'no es lo más complicado'. Incluso inversores privados han contactado con la Diputación para interesarse por el proyecto. Para su puesta en marcha se crearía una sociedad pública foral, como se ha hecho con otras infraestructuras en Vizcaya. Arana augura que, si se logra el visto bueno definitivo del Ministerio de Economía, la tramitación administrativa del cambio de titularidad puede estar resuelta 'en tres o cuatro meses'.

El diputado foral admitió en marzo que esta iniciativa es 'muy compleja, difícil y costosa'. Los 72 millones de euros previstos no incluyen la compra de los terrenos, que se resolvería si se acuerda la donación simbólica, ni los accesos a una zona distante 40 minutos en coche desde Bilbao. Iberdrola, propietaria de los 170 hectáreas que ocupa la central en la cala de Basordas, invirtió 1.800 millones de euros en el frustrado proyecto. La responsabilidad compartida de las instalaciones con el Gobierno central se debe a la moratoria nuclear a la que fue sometida la central.

La iniciativa cuenta con una maqueta diseñada por el escultor Néstor Basterretxea, denominada Ciudad de la Atlántida, que se basa en recubrir las obsoletas instalaciones con un nuevo edificio. 'Sería la única central nuclear visitable en el mundo', ha apuntado Sabin Arana. La elaboración del anteproyecto costó 120.000 euros e incluye demostraciones de todos los sistemas de generación de energía, un museo de la ciencia y la tecnología, un planetario en uno de los reactores, oferta de ocio y simuladores espaciales. Además se prevé un parque científico promovido por la Universidad del País Vasco (UPV) y un vivero de empresas. En cualquier caso, la voluntad es mantener la edificabilidad actual y se descarta construir hoteles en los alrededores.

El mantenimiento del esqueleto de hormigón de Lemoiz supone más de 12 millones de euros anuales en mantenimiento. El Gobierno vasco incluye esta zona en su plan territorial del litoral vasco como una de las seis áreas costeras degradadas en Euskadi que deben ser recuperadas medioambientalmente. Dicho proyecto apuesta por utilizarla para actividades científico-culturales, deportivas y hoteleras y se descarta cualquier uso industrial, residencial y también la conservación estricta de las instalaciones.