Los vecinos paran las obras del nuevo tanatorio de Carabanchel

Más de un centenar de vecinos de Carabanchel lograron ayer, con sólo gritos y silbidos, paralizar un día las obras del nuevo tanatorio privado que se levantará junto al cementerio de la sacramental de Santa María. El vecindario lo rechaza, entre otras cosas, porque se convertirá en la octava instalación funeraria del distrito y porque les restará parte del parque del Alto de San Isidro.

Desde las 11.00, los vecinos se agolparon en la zona donde se levanta el recinto ante la mirada atenta de 12 agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Gracias a la intervención de un mediador policial, los responsables de la obra acordaron paralizar los trabajos hasta el lunes, decisión que aplaudieron los residentes y que consideraron 'un pequeño triunfo'. 'Pero no vamos a parar. Esto es ilegal, y haremos lo que sea necesario para que no nos pongan aquí un tanatorio', comentó un vecino.

Los portavoces de la coordinadora de asociaciones de vecinos de Carabanchel acusaron al Ayuntamiento de practicar 'una política de hechos consumados' y de actuar de 'forma oscurantista' por permitir que se iniciaran las obras para el polémico tanatorio durante el mes de agosto, en plenas vacaciones. 'La concejal de Policía Municipal, María Tardón, se comprometió con nosotros a paralizar las obras hasta que el alcalde se reuniera con los vecinos, pero no lo ha cumplido', declaró Lourdes Hernández, una de las representantes vecinales.

El tanatorio se construye en un parcela cedida por el Ayuntamiento a la archicofradía de la sacramental de Santa María en abril de 2000. La empresa Interfuneraria será la encargada de ejecutar y gestionar el recinto.