Un equipo de científicos proyecta tender 1.670 kilómetros de fibra óptica para llevar la banda ancha al Polo Sur
Las bases científicas del continente antártico tienen problemas de acceso a la Red. Hasta ahora, las conexiones se hacían a ciertas horas por medio de viejos satélites. Si todo va bien, en 2009 los investigadores se podrán conectar a Internet con banda ancha.
La Fundación Científica Nacional estadounidense (NSF), pretenden tender un cable de fibra óptica, de una longuitud de 1.670 kilómetros -la distancia aproximada que hay entre Málaga y París-, entre la base francesa Concordia, en la Antártida, y el Polo Sur (90º de latitud sur).
Con este proyecto, 'el más importante que ha llevado a cabo la ingeniería hasta el momento', según los científicos de la NSF, los estudiosos desplazados allí transmitirán toda la información que recaben instantáneamente y los investigadores podrán controlar experimentos en la Antártida desde otras regiones. Con la implantación del cable, que se prevé que estará lista para 2009, será la primera vez que el Polo Sur establezca contacto telefónico directo.
El proyecto es de gran envergadura: la fibra óptica es un material muy frágil, sobre todo cuando se expone a temperaturas tan bajas como las que se registran por esas latitudes (50º bajo cero). Los ingenieros necesitan un cable cuyos componentes soporten el frío. Pero no es ése el único problema. El cable tendría que ser enterrado para protegerlo de los agentes atmosféricos, que pueden dañarlo y hasta partirlo al quedarse expuesto a las hendiduras del hielo.
Según otros expertos, el problema podría solucionarse cubriendo en cable con los llamados metales amorfos, unos materiales que no sufren transformaciones a bajas temperatura.
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