La ilegalización de Batasuna, 1

Traslado a este medio tres preguntas de amigos más sabios que yo.

A Convergència i Unió, que se queja por las prisas: ¿realmente les parece que ilegalizar en 2002 una ideología que desde 1978 no ha condenado uno sólo de los crímenes de ETA es actuar con precipitación?

Al PNV, que alega que así no se resuelve el problema del terrorismo: ¿opinan tal vez que convendría dejar sueltos a violadores, pederastas y maltratadores toda vez que ha quedado más que demostrado que encarcelarlos no elimina la recurrencia de sus delitos?

Y, por fin, ya desde el desengaño, a IU/EB: si los miserables no se refugiaran, ay, en un socialismo de izquierda -aun tan polpotiano como el de Otegi-, sino que conformaran un partido de aroma lepenista que no hubiera llevado públicamente a cabo, pero tampoco condenado, los asesinatos de 836 judíos, negros e inmigrantes a manos de sus partidarios, ¿también así se abstendrían?

Siempre habrá, cómo no, Hindenburgs, Pétains y Chamberlains dispuestos a menear obsequiosa e inútilmente el rabo frente a la barbarie, pero si hoy en día ciertos pueblos, incluido el vasco, siguen pudiendo hablar libremente en su propio idioma no es, desde luego, gracias a ellos.