Las empresas de EE UU deberán presentar antes sus resultados
Las compañías que cotizan en Estados Unidos no sólo deberán jurar que sus cuentas de resultados se corresponden a la realidad tras escándalos como el de Enron y WorldCom; también tendrán que hacerlo con mayor rapidez. La Comisión de Valores (SEC) aprobó ayer una resolución que obliga a las empresas a presentar sus resultados anuales dentro de un plazo de 60 días a contar desde que finaliza el año, frente a los 90 días establecidos anteriormente. Además, los ejecutivos están obligados, desde mañana, a informar de las operaciones de compraventa de acciones en dos días. Antes, podían pasar semanas e incluso meses.
En relación a los resultados trimestrales, que debían ser presentados en los 45 días siguientes, ahora deberán publicarse en 35 días, aunque el plan inicial era recortar el plazo hasta los 30 días. 'La comisión ha logrado un equilibrio entre la necesidad de acelerar la información y la necesidad de que ésta sea lo más precisa posible', indicó el presidente de la SEC, Harvey Pitt. Los nuevos plazos comenzarán a aplicarse en 2003 y sólo afectarán a las compañías con una capitalización bursátil superior a los 75 millones de dólares.
Gran parte de las nuevas reglas adoptadas ayer por la SEC están destinadas a allanar el camino a la ley aprobada recientemente por el Gobierno de Washington para aumentar la transparencia empresarial y devolver la confianza a los inversores tras casos como el de WorldCom y otras firmas que han llevado a cabo trucos contables para enmascarar su mala salud financiera. Dicho texto normativo, conocido como ley Sarbanes-Oxley, entra en vigor mañana.
Inquietud en Europa
Las reglas no sólo afectarán a las empresas estadounidenses. Los presidentes de las compañías extranjeras que cotizan en los mercados de ese país deberán certificar sus cuentas de resultados bajo juramento, como ya han hecho sus colegas estadounidenses, según las nuevas exigencias de la SEC.
La extensión de estas normas a las compañías extranjeras ha sido objeto de críticas en Europa. La Comisión Europea manifestó ayer 'cierta inquietud al respecto'. 'Las autoridades estadounidenses saben muy bien que no les interesa disuadir a las empresas europeas que están dispuestas a cotizar en Estados Unidos', señaló el portavoz del comisario europeo del Mercado Interior, Frits Bolkestein. Los responsables de la compañía de automóviles Porsche ya indicaron la semana pasada que han congelado sus planes para salir a Bolsa en Nueva York debido a las nuevas reglas.
Frits Bolkestein ya mostró su preocupación sobre los efectos de algunas disposiciones de la nueva normativa a través de una carta dirigida a finales de julio al presidente de la Comisión Bancaria del Senado de EE UU, Paul Sarbanes, según fuentes comunicarias. A Bruselas también le inquieta qué pasará, por ejemplo, con las firmas de auditoría europeas que ofrezcan sus servicios a filiales europeas de empresas estadounidenses.
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