El gran viaje latino
Cien días por Latinoamérica para un trabajo que nunca vio la luz.
Se trataba de una serie para TVE que me encargó a finales de los ochenta su directora, Pilar Miró, con ocasión de los fastos del 92. La defenestraron y mi trabajo jamás se emitió. Pero aquellos días han quedado en mi memoria como El Viaje.
Viajemos, pues. Un recuerdo de Brasil...
La inmensidad. Me recuerdo en una furgoneta de São Paulo a Campiñas y nos pasamos ¡en 170 kilómetros! Buscábamos fazendas, haciendas de millonarios. Vimos algunas impresionantes, como una que tenía siete lagos artificiales. El contraste entre la miseria y la opulencia.
En Paraguay coincidió con la visita del Papa.
Sí, cuando aún mandaba el dictador Alfredo Stroessner. Salimos una noche a eso de la una a tomar unas copas y la plaza central de Asunción estaba desierta. Sólo brillaba un neón con la leyenda 'Stroessner, Stroessner'. Impresionante.
Próxima parada: Argentina. Obtuvo el ranking del país con las mujeres más guapas.
¿Y Chile?
No sé, pero allá íbamos tras un cementerio del siglo XIX por el desierto de Atacama, un paraje inverosímil. Cuando llegamos, sólo había tumbas de niños. Al parecer, murieron por efecto de una epidemia.
El Perú de Alan García y Sendero Luminoso tampoco le dejaría frío.
No. Emprendimos un viaje por una carretera paralelos a la costa, por el desierto, y vimos unos chicos adolescentes limpiando la carretera. Nos hicieron señas de parar, pero el productor peruano nos lo impidió. Si llegamos a parar, aseguraba, no lo hubiéramos contado.
¿Qué le pareció Colombia?
Pues entonces me pareció el paraíso. Era como Cien años de soledad, con una gente muy fantasiosa y un paisaje de ensueño.
El plato fuerte fue México, me parece.
Sí. Es un país a lo bestia. Me refiero a la diversidad. Yucatán, Tabasco, Veracruz... son como países distintos. Y luego está esa gente tan educada, con ese tremendo poso cultural.
La última parada, Cuba.
Entonces vivía tiempos muy duros, próximos al llamado periodo especial, y tuvimos que hacer malabarismos para dar dinero a los conductores que nos llevaban sin que nadie se enterara. Estaba prohibidísimo. Recientemente he vuelto y la he encontrado mejor.
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