Un paseo por el tiempo
Unido a tierra por un malecón que promete los atardeceres más bellos de Cádiz, el Castillo San Sebastián saluda a los visitantes de la popular playa de La Caleta. Asegura la leyenda que el pequeño islote sobre el que se alza esta construcción acogió en otro tiempo el templo de Kronos, así como el primer faro que señalara el camino de los navegantes de Occidente. Ya en tiempos de los musulmanes existía en este mismo lugar una torre-atalaya. En el siglo XV, un navío veneciano apestado se refugió en el islote, levantándose al poco una ermita bajo la advocación de San Sebastián. Con el saqueo inglés de finales del siglo XVI, comenzó a ser erigido un castillo que ya en 1706 mostraba su característica planta irregular de nueve lados, dotado de parapetos, cañoneras, dos fosos de agua y puentes levadizos. Treinta años después, 17 cañones custodiaban la entrada de La Caleta.
Las personas que acuden los fines de semana a visitar el Castillo pueden llevarse una sorpresa: la edificación más emblemática del levante gaditano está en venta. Y por un módico precio: apenas un puñado de monedas de oro. Esta vez, los gestores inmobiliarios son una sórdida panda de corsarios, que amablemente accederán a mostrarles todas las dependencias y ventajas del producto, sin olvidar el aire acondicionado natural, al tiempo que explican con lujo de detalles los avatares históricos del recinto.
Se trata de una de las recreaciones de la compañía local de animación Animarte, que presta visitas guiadas al Castillo de San Sebastián todos los sábados y domingos. Seis pases diarios, con grupos de 40 personas -principalmente turismo nacional- componen el programa de estos jóvenes actores, que defienden con convicción y al aire libre guiones propios, inspirados en una ardua tarea de documentación. 'Nuestras ciudades tienen una historia cargada de anécdotas que no todo el mundo conoce', explican los responsables del montaje. 'En ella abundan lugares como éste, que antaño tuvieron una vida que a veces nos es difícil imaginar. Sólo hay que abrir las puertas del tiempo e invitar al público a colaborar directamente en el desarrollo de la Historia'.
Si el año pasado representaban sobre estas mismas piedras seculares el guión de una insólita academia de artillería, esta temporada se han decantado por el argumento de los piratas inmobiliarios, con mucho éxito hasta la fecha. La visita-espectáculo tiene, además, un acentuado guiño social, alusivo a los eternos problemas de vivienda en Cádiz: puesto que en el Castillo viven inquilinos con renta de muchos años, todos ellos van incluidos en el precio. Así, es posible toparse con un Hércules desahuciado, ya sin leones y sometido a la autoridad de una Eriteia convertida en canónica maruja, o a un cañonero que perdió el oído y el habla con el estrépito de las balas, entre otros muchos personajes.
Tan buena ha sido la acogida de estas representaciones, que Animarte acaricia ya un nuevo proyecto para el futuro: ubicar en el vecino Castillo de Santa Catalina, en el extremo opuesto de la playa, un Centro de Recreación Histórica de carácter estable.
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