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Reportaje:

Una promesa política de cinco estrellas

Las disputas entre administraciones paralizan la rehabilitación del hospital de San Carlos de Aranjuez

Parecía sencillo, pero se complicó. El viejo hospital de San Carlos debería lucir ya como un espectacular hotel de lujo. Estaba todo: un exquisito edificio, un buen proyecto, mucho dinero... hasta la primera piedra puesta. La colocó el presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, el 23 de agosto de 2000. Ese día, la Comunidad y el Ayuntamiento de Aranjuez, también gobernado por el PP, firmaron un convenio para rehabilitar este hospital real, construido en el siglo XVIII. En virtud de este acuerdo, el municipio cedía el edificio y la Comunidad redactaba el proyecto arquitectónico y aportaba el dinero, más de seis millones de euros. Las obras iban a empezar pronto y se terminarían en dos años.

El tiempo ha pasado y no se ha movido ni un ladrillo. El edificio, incluso, amenaza con derrumbarse. ¿Qué ha pasado? Que el Ayuntamiento cedió un inmueble inapropiado. El hospital de San Carlos había sido cedido a su vez al Ayuntamiento, por parte de Patrimonio del Estado, dependiente del Ministerio de Hacienda, con la condición de que se utilizara para uso público. Y el acuerdo firmado el año 2000 vulneraba esta condición, ya que difícilmente se puede considerar de 'uso público' un hotel de lujo que iba a ser explotado por una empresa privada. A partir de ahí, la situación se enredó: Patrimonio del Estado inició los trámites de reversión del inmueble, la Comunidad empezó a negociar para comprarlo... y dos años después, todo sigue igual.

El hospital de San Carlos es uno de los principales edificios históricos de Aranjuez. Construido por orden del rey Carlos III en 1773, su diseño fue obra del arquitecto real Manuel Serrano. Eligió para su ubicación un punto alto de la villa, que aquel siglo XVIII era considerada como un lugar 'malsano' donde las epidemias estaban a la orden del día. El hospital más próximo estaba en Ocaña, y los empleados reales, muchas veces, morían por el camino antes de llegar. Actualmente, el edificio está muy deteriorado, a pesar de que los técnicos alertaron ya hace años de que era necesaria una intervención urgente debido a los 'serios problemas estructurales' que sufría el inmueble.

En la mañana del 23 de agosto de 2000 todo eran felicitaciones. Ruiz-Gallardón asistía como testigo de excepción a la firma del acuerdo entre la Comunidad (a través del IMADE) y el Ayuntamiento. Las rúbricas las pusieron el alcalde de Aranjuez, José María Cepeda, y el consejero de Economía, Luis Blázquez.

Un sitio con 'encanto'

Este último aseguró entonces que el edificio se iba a convertir en 'un hotel con encanto'. En sus 3.500 metros cuadrados de superfice se iba a levantar un centro hotelero de cuatro estrellas serie oro, con 45 habitaciones de lujo, recepción, comedor, salas de recreo, cocinas, servicios, se iban a ajardinar los patios y se iba a instalar una piscina. Incluso, la Comunidad se comprometió, mientras duraran las obras, a gestionar la inclusión del hotel en la Red Nacional de Paradores. 'Se está haciendo en Aranjuez una auténtica promoción desde los poderes públicos. Se rehabilitan espacios para que la iniciativa social los desarrolle generando empleo y riqueza', decía Ruiz-Gallardón. Todo era euforia. Y sólo el grupo municipal socialista mostraba su escepticismo. Días antes, al conocer la noticia de la firma de este convenio, había enviado una carta al presidente regional explicándole que había una pega importante: el inmueble no podía ser gestionado por una empresa privada.

El PP desoyó la advertencia y criticó a su vez a la oposición, acusándola de torpedear el proyecto. El 10 de julio de 2001 sonó la campanada. Patrimonio del Estado enviaba una carta al Ayuntamiento anunciando que iniciaba los trámites de reversión. El Ayuntamiento propuso a Patrimonio del Estado aceptar la reversión del hospital de San Carlos siempre y cuando se le garantizase que se lo vendería a la Comunidad de Madrid. Ésta estaba dispuesta a comprarlo. Desde entonces no se sabe apenas nada. 'El proceso de reversión no se terminó de ejecutar porque se empezó a negociar. Todavía no hay ninguna decisión al respecto', aseguran fuentes del Ministerio de Hacienda.

El Ayuntamiento reconoce que éste es un proceso largo y que ha delegado en la Comunidad, debido a que esta institución es la que quiere comprar el edificio. El municipio ha estado convencido siempre de que el proyecto saldrá adelante, y no prevé otro uso que el hotelero. Viejas ideas como las de ubicar un centro universitario o un museo no terminaron nunca de cuajar. Desde la Comunidad tampoco se ofrecen datos concretos.

La pregunta que muchos vecinos se hacen es por qué se eligió este edificio si se sabía que podría acarrear problemas e, incluso, dar al traste con el proyecto. Si la Comunidad de Madrid disponía de dinero suficiente, ¿por qué no se compró otro inmueble histórico y se rehabilitó? ¿Por qué no se habló antes con Patrimonio del Estado y se llegó a un acuerdo? ¿Por qué hay que pagar por un bien que se supone cedido a Aranjuez? La oposición no ha escatimado críticas. 'Lo del convenio no fue más que una excusa para salir en la foto. Detrás no hay más que una piedra y la pérdida de un bien patrimonial', dice el portavoz socialista, Jesús Dionisio Ballesteros. 'Este asunto resume la política del PP: presentar grandes proyectos, ilusionar a la gente y después dejarlos olvidados', asegura el portavoz de IU, Fernando Cuerva.

Mientras, a los ciudadanos de Aranjuez sólo les resta esperar a un acuerdo definitivo que desatasque la cuestión. Y cruzar los dedos para que este acuerdo llegue antes de que el edificio se venga abajo y zanje de cuajo las disputas entre administraciones por este asunto.

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