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Wall Street despide al analista estrella de la burbuja tecnológica

Grubman recomendó hasta el final comprar acciones de WorldCom

Enric González

Jack Grubman fue una de las estrellas de Wall Street en los días de vino, rosas y burbuja. Era el más conocido analista del sector de las telecomunicaciones y, según su propia definición en declaraciones a BusinessWeek, 'el hombre que entiende lo que está pasando'. Desde ayer, Grubman es sólo un multimillonario. Salomon Smith Barney ha optado por cubrirle de oro y perderle de vista.

Sometido a investigaciones del Congreso, del Departamento de Justicia y de la Comisión del Mercado de Valores, Grubman se hizo famoso por recomendar la compra de acciones de Winstar hasta el mismo día de su quiebra y por pregonar la buena salud de WorldCom hasta que el FBI empezó a desmontar el fraude.

Grubman abandonó Salomon Smith Barney, la sociedad de intermediación financiera de Citigroup, con algo más de 32 millones de dólares en la cartera. La compañía le pagó los 18 meses que faltaban para que expirara su contrato de cinco años, a 20 millones por ejercicio, e incluso renunció a la devolución de un préstamo a bajo interés, de 15 millones de dólares, concedido en su momento al analista estelar como premio por su rentabilidad.

La filial de Citigroup prefirió, según fuentes de Wall Street, taparle la boca con dinero y evitar que Grubman fuera ante los investigadores demasiado explícito sobre la posible corresponsabilidad de sus jefes en la formidable especulación bursátil de los últimos años.

'Debo abandonar'

En su carta de dimisión, Grubman dijo lamentar su fracaso, 'como el de otros, en la predicción del colapso del sector de las telecomunicaciones'. 'Entiendo la rabia de los inversores perjudicados', añadió. La explicación que ofreció para renunciar a su puesto fue que 'las numerosas opiniones negativas' sobre su trabajo le impedían concentrarse: 'Siempre cumplí las leyes y las normas éticas; sin embargo, parece claro que debo abandonar'.

Su nivel ético y el de la firma Salomon Smith Barney son muy discutidos por el Congreso y la Comisión de Valores, que acusan a analista y empresa de facilitar a los directivos de WorldCom, incluido su ex presidente, Bernie Ebbers, acciones a precio inferior al del mercado. Grubman, en cualquier caso, fue invitado a la boda de Ebbers, lo que pone en cuestión su distanciamiento sobre la empresa que más recomendaba.

Los inversores perdieron unos dos billones de dólares con el estallido de la burbuja de las telecomunicaciones. Pero firmas como Salomon Smith Barney habían ganado fortunas cuando la realidad volvió a las bolsas. Actuando como asesores de los inversores, por un lado, y como asesores de las empresas, por otro (¿cómo no caer en la tentación de recomendar la compra de acciones de las mismas empresas que contrataban sus servicios?), y contando con Grubman como mascarón de proa, la filial de Citigroup ingresó unos mil millones de dólares entre 1995 y 2000.

Grubman testifica ante un comité del Congreso de EE UU en julio pasado.
Grubman testifica ante un comité del Congreso de EE UU en julio pasado.AP

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