La pistola que mató al inspector de Madrid fue empleada en otros tres homicidios en el último año
Agentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han detenido a dos mujeres y un hombre por su supuesta relación con el tiroteo del pasado lunes en el que murió el inspector del Grupo de Homicidios Salvador Lorente Sánchez, de 48 años. Éste perdió la vida cuando intentaba detener a dos delincuentes colombianos en la calle de Francisco Madariaga (distrito de Ciudad Lineal). Uno de los sospechosos, Carlos Arturo Velásquez Bermúdez, de 39 años, abrió fuego contra los tres agentes que iban a arrestarle. Una de las balas alcanzó en el pecho a Lorente, que falleció media hora después. Los otros policías que acompañaban al inspector repelieron la agresión: pegaron un tiro a Velásquez en el abdomen. Éste murió sobre las 23.00 en el hospital, tras ser intervenido quirúrgicamente.
Los tres detenidos tras el grave incidente convivían en el mismo piso que los colombianos Carlos Arturo Velásquez Bermúdez, de 39 años, y John Danilo Porras Cardona, de 23 años. Éste fue arrestado por los policías, acusado de ser el autor material de las 17 cuchilladas que costaron la vida al ecuatoriano Eugenio Mauricio Pineda Rivera, camarero de un bar de la calle del Arzobispo Cos (Ciudad Lineal).
La policía también ha dado como esclarecido otro asesinato ocurrido el pasado 7 de noviembre en un locutorio telefónico de la calle de María Antonia, número 8 (distrito de Usera), cuando el colombiano Alberto Orozco Castellano, de 49 años, perdió la vida tras recibir dos tiros en la frente. Según los testigos, un hombre entró en el local a las 21.30 y sin mediar palabra le tiroteó. Después huyó a la carrera. El fallecido, que estaba casado y era padre de una niña, tenía papelinas de cocaína en los bolsillos.
Según fuentes policiales, la pistola que disparó el proyectil que mató al inspector Lorente es la misma empleada el pasado 7 de noviembre para asesinar a Orozco, así como para hacer lo mismo, el 11 de mayo pasado, con Ángel Sánchez Pardo, de 52 años, y su hijo mayor, Ángel Sánchez Nieto, de 26, en la calle de Antonio López, bajo el Puente de Praga, también en Usera.
Los detenidos son la colombiana Liliana Patricia Gutiérrez, de 28 años, y de la pareja de ecuatorianos formada por Mónica Alexandra Ramírez Castillo, de 21, y Wilson Patricio Cañar Luzón, de 32. Los tres carecen de antecedentes policiales y de permisos de residencia y de trabajo. Según un portavoz de la Jefatura Superior de Policía, los investigadores están comprobando la posible participación de los tres en las actividades delictivas del fallecido Velásquez y su compañero Porras.
El ministro del Interior, Ángel Acebes, destacó ayer tras el funeral del inspector, que la policía había desarticulado 'una importante banda de criminales' que se dedicaba a diferentes delitos. De hecho, las tres detenciones de los compañeros de piso fueron calificadas por Acebes como 'la desarticulación del núcleo duro' de este grupo. Sin embargo, fuentes de la investigación rechazaron esta afirmación, ya que los tres detenidos supuestamente están al margen de las actividades delictivas del fallecido y del detenido Porras. Tan sólo vincularon a Liliana Patricia Gutiérrez, pareja del colombiano muerto, con un posible delito de tráfico de armas. Los detenidos no han prestado declaración aún ante los agentes de Homicidios, que se encargan de las pesquisas.
Las citadas fuentes señalaron que, en el registro de la vivienda, los policías encontraron dos pistolas, de los calibres 7,65 y del 9 milímetros corto. Ambas fueron enviadas al laboratorio de Policía Científica para analizar si han sido utilizadas en algún asesinato o en algún robo en los últimos años. El arma del 9 milímetros corto había sido 'modificada'.
Los agentes también hallaron varias bolsas con monedas de distinto valor, que supuestamente fueron sustraídas el pasado sábado en el bar donde trabajaba el ecuatoriano Pineda Rivera, muerto de 17 cuchilladas. Este hecho descarta que el móvil del homicidio fuera un ajuste de cuentas por narcotráfico como señalaron algunas fuentes el lunes y refuerza la hipótesis del robo. Los investigadores localizaron a los supuestos homicidas (Carlos Arturo Velásquez y su compinche John Danilo Porras) gracias a las huellas dactilares que dejaron ambos en los vasos de los cafés que les sirvió el camarero antes de ser asesinado. Las citadas fuentes señalaron que uno de los acusados había trabajado con anterioridad en el bar, lo que le permitió saber dónde se guardaba el dinero.
Entierro en la intimidad
El inspector Lorente, muerto el lunes por el disparo efectuado por Velásquez, fue enterrado ayer al mediodía en el cementerio Sur de Carabanchel en la más estricta intimidad. Al sepelio tan sólo asistieron sus familiares y sus compañeros de la Brigada Provincial de Policía Judicial.
La capilla ardiente fue instalada en el complejo policial de Canillas, donde fue oficiado un funeral de cuerpo presente. El ministro del Interior, Ángel Acebes, impuso la medalla de oro del Cuerpo Nacional de Policía al inspector fallecido en acto de servicio. Acebes destacó 'su admiración y respeto por el agente que dio su vida por los demás'.
El ministro resaltó la operación policial que permitió desarticular una importante organización delictiva. 'Era un gran hombre y un gran policía', subrayó el ministro, quien recordó que dos compañeros de Lorente también resultaron heridos. Uno de éstos ya ha recibido el alta y el otro continuaba ayer hospitalizado.
Al funeral también asistieron el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui; el director general de la Policía, Agustín Díaz de Mera, y otros mandos policiales.
Lorente ingresó en la policía en 1979. Su primer destino fue durante dos años la comisaría de Sabadell. Después fue destinado a Madrid. Hace 12 años, ingresó en la Policía Judicial. En el grupo de Homicidios llevaba diez años. Entre los casos más conocidos que investigó está la muerte del pequeño Jonathan Vega Barrull en Madrid, cuyos restos fueron hallados en enero de 2001 ocho meses después de haber desaparecido. Este caso sigue sin aclarar.
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