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Amorebieta concederá en septiembre el último permiso que necesita la central de Boroa

La licencia de obras permitirá comenzar tras el verano la construcción de la planta

El Ayuntamiento de Amorebieta concederá en septiembre próximo el último permiso pendiente para que pueda comenzar la construcción de la central energética de Boroa, promovida por la empresa pública irlandesa ESB. La llegada de las vacaciones veraniegas ha impedido tramitar con anterioridad la licencia de obras, cuya concesión estaba prevista para antes de agosto una vez resuelto el permiso de actividad, según confirmaron fuentes municipales. De esta manera, la planta, que requerirá cerca de 26 meses de trabajos, no estará concluida antes de finales de 2004.

El polémico proyecto energético, que ha dado lugar a siete manifestaciones en Amorebieta y un referéndum popular en el que 5.352 vecinos (el 43% del censo del municipio vizcaíno) expresaron en abril su rechazo a la planta, salvó a principios de julio su último obstáculo administrativo. Entonces recibió la licencia de actividad, ocho meses después de haberla solicitado en noviembre pasado. Este largo trámite se debió a las medidas correctoras impuestas por el Ayuntamiento y el Gobierno vasco -sistemas para supervisar la calidad del aire o barreras arbóreas para minimizar el ruido y el impacto visual- antes de autorizar la actividad de la planta.

Con este permiso, sólo restaba la licencia de obras, un trámite que, una vez resuelto el permiso de actividad, se concede de manera inmediata. Estaba prevista su concesión antes de agosto, pero se ha retrasado y no se concretará hasta septiembre, según fuentes municipales.

El permiso de obras cuenta ya con un informe técnico favorable, pero aún resta el estudio jurídico y la posterior aprobación por los órganos municipales, en este caso la comisión de gobierno integrada por concejales del PNV, partido que dirige el Ayuntamiento de Amorebieta. Dado el periodo vacacional, estos trámites no se podrán resolver hasta el próximo mes.

Una vez concedida esta licencia, las obras comenzarían de inmediato. La construcción de la planta se ha adjudicado mediante el sistema llave en mano -ESB recibirá la central en disposición de empezar a funcionar- y el inicio de los trabajos depende de la concesionaria de los trabajos. Hace ya cinco meses, ESB suscribió el contrato de construcción con un consorcio de empresas integrado por la fabricante de bienes de equipo General Electric, la ingeniería vasca Sener y la constructora ACS. Estas firmas tienen 26 meses de plazo -a contar desde la disposición de la licencia de obras- para entregar la central a ESB. Por ello, si no surgen inconvenientes, la planta estaría terminada a finales de 2004.

Plazos ajustados

La empresa irlandesa ha asegurado varias veces que la central debe estar en funcionamiento ese año o, como fecha tope, en 2005. Estos plazos ajustados se deben a que la liberalización del sector energético le asegura una rentabilidad si la planta está en marcha antes de los tres próximos años. 'Si no, habría que repasar nuestra situación empresarial', anunció hace más de un año el consejero delegado de ESB, Donal Curtin.

La planta de Boroa, una central de ciclo combinado que utiliza el gas natural como combustible para generar electricidad, es uno de los seis planes energéticos que se pretenden poner en marcha durante el próximo lustro en Vizcaya. Con una inversión de 420 millones de euros, tendrá 800 megawatios de potencia. La empresa espera facturar cada año 230 millones de euros e ingresar 54 millones en impuestos a la Hacienda foral y otros 1,5 millones al Ayuntamiento de Amorebieta. La central ofrecerá 500 empleos directos durante su construcción y otros 50 en la explotación.

Pese al inminente inicio de las obras, la plataforma vecinal Zornotza Bizirik, creada hace dos años en contra de la planta, mantiene sus protestas para impedir su puesta en marcha. El pasado 20 de julio celebró su última manifestación, a la que asistieron más de 5.000 personas. Sus portavoces insisten en que el proyecto puede paralizarse y han presentado en los últimos meses, tanto al lehendakari como al diputado general de Vizcaya y el Consulado de Irlanda en Bilbao, el resultado del referéndum.

La Diputación vizcaína inició en abril las obras de urbanización del futuro polígono industrial de Boroa, ahora un área rural, lo que requiere una inversión de 18,7 millones. Los terrenos ocupan 108 hectáreas, aunque las parcelas para las empresas totalizarán 51. El proyecto de ESB, que se ubicará en seis hectáreas, es el único comprometido para el polígono.

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